CRÓNICAS PÉSICAS Pedro V. Álvarez Collar
Paz social
Dicen que los sitios más llenos de paz que existen son los cementerios, más que nada porque están llenos de muertos y, lógicamente una vez llegamos a cruzar el umbral, en ese otro mundo, todos nos quedamos en paz. Lo dicen las inscripciones lapidarias, RIP, o sea descansa en paz. Así parece ser que se va a quedar el Valle de Laciana a partir de este momento, ya que según cuentan las crónicas, CC.OO., auténtico coco de MSP, ha perdido las elecciones sindicales, y las ha ganado la UGT, auténticos artífices del diálogo social, allí donde estén. De las declaraciones vertidas por los máximos mandatarios sindicales deducimos que, el varapalo recibido por parte de CC.OO. responde a un voto de castigo a la manera de actuar del sindicato perdedor, según dice el líder de UGT, y a una falta de conciencia de clase, según declara el líder de CC.OO.. USO, por su parte cree que deberían de haber obtenido mejores resultados y desde ATAYPM, se muestran satisfechos. Los resultados, de todos conocidos son: UGT, 15 delegados; CC.OO., 10; USO, 5; y ATAYPM, 4. Porque, se habla de resultados, pero desde el grupo ganador no se dice nada de la campaña llevada a cabo con el tácito apoyo por parte de la «empresa» hacia sus siglas. Es el momento de hacer un análisis profundo del por qué se llevan a cabo amenazas, veladas y no tan veladas, acerca del ascenso de categorías y la conveniencia de apoyar a unas siglas para conseguir estos ascensos. Es el momento de mirar hacia atrás y recordar el pasado ugetista de alguno de los dirigentes de la empresa, el de preguntarse por qué mientras se están llevando a cabo las elecciones, se sigue un juicio entre CC.OO. y la empresa apoyada por los otros sindicatos, acerca del mantenimiento de Calderón como centro independiente... Hay que reconocer que el varapalo sufrido por CC.OO. es fruto de un cúmulo de despropósitos a tener en cuenta, muchos de ellos culpa del propio sindicato. No se entiende que los máximos mandatarios mineros en los distintos escalafones del propio sindicato sean personas prejubiladas y que siguen detentando cargos sindicales. No se entiende que, por otra parte, hayan puesto el sindicato en Laciana en manos inexpertas, que solamente dan palos de ciego sin encontrar respuesta a los diferentes problemas planteados. No se entiende que CC.OO., sindicato que goza de mayor afiliación dentro de MSP, pierda unas elecciones al votar otras listas diferentes a la suya sus propios militantes... Digo que no se entiende lo anterior, bueno menos lo último. Pienso, que el voto que ha recibido UGT y que se le ha negado a CC.OO. es el voto del miedo. Miedo a la radicalización en unos momentos tensos, donde el tira y afloja entre empresa y trabajadores, parece decantarse al lado de la empresa. Miedo a unas prejubilaciones cercanas, en algunos de los casos, que pueden peligrar en muchos casos. Hay que reconocer que en la minería se ha llevado a cabo un cambio generacional brusco y aquellos viejos luchadores, a los que no les importaba perder unos cuantos duros por conseguir unos beneficios sociales, han desaparecido casi. CC.OO. ha pagado un precio grande por haber tenido que tomar decisiones. Muchas acertadas, otras muchas equivocadas, pero al fin y al cabo decisiones. Hoy la UGT se enfrenta a una dura tarea. Ha sido el ganador en esta confrontación electoral. Ahora le toca agarrar el timón con firmeza. Ese anuncio de diálogo con la empresa, llevado a cabo por su secretario general, debe de ser algo serio. No sabemos en qué posición se pondrá dialogar con alguien que ha apostado desde el principio por tí. No debemos de olvidarnos de que en un par de años se estará negociando un nuevo convenio colectivo. No debemos de olvidar la concentración de grupos que se intenta realizar para así movilizar al personal más fácilmente... Entre tanto y no. Mientras se comience este diálogo comité-empresa, los «productores» debe de ser conscientes de que en años venideros van a tener lo que ellos se forjen en el día a día. No deben de olvidar que con anterioridad en casi todas las movilizaciones que se llevaron a cabo, la mayoría de ocasiones los sindicatos actuaron presionados por los trabajadores. El voto del miedo siempre es malo. Laciana habrá de notarlo sin tardar mucho.