Vía de la Plata (I)

Dentro del laberinto callejero bañezano, auténtico mosaico de arte e historia, destaca como una de las arterias de mayor trazado la rotulada como Vía de la Plata. Una denominación plena de ecos imperiales romanos y que fue impuesta el 21 de diciembre de 2000, cuando el pleno del Ayuntamiento decidió barrer de un plumazo todas las reminiscencias franquistas que aún pervivían en nuestro entramado urbano. En realidad, la calle ha llevado a lo largo de los tiempos muchas otras denominaciones. Antes se llamó Barrio de Olleros, al igual que todo este entorno cercano a la iglesia del Salvador, Barrio de Labradores, calle de la Estación e incluso, por corto tiempo, calle de Pablo Iglesias, en referencias al mítico líder del socialismo español. Pero tras el vaivén ideológico propiciado por la victoria del bando franquista en la Guerra Civil, o «Incivil» que dicen algunos, la arteria sería rotulada como Avenida Primo de Rivera, un homenaje al general y antiguo dictador don Miguel Primo de Rivera. Así permanecería durante más de sesenta años, hasta que coincidiendo con las Navidades del año 2000 adoptó, de forma acertada en nuestra opinión, el nombre actual de Avenida Vía de la Plata. El proyecto del teatro No obstante, cuando la calle arranca en la Plaza Fray Diego Alonso aún pueden verse, justo al inicio de la mano izquierda, hasta dos placas que muestran la antigua y ya caduca denominación. En la acera contraria figura correctamente el nombre de Vía de la Plata, encabezando una arteria adornada en sus primeras pasos por hermosas casas dotadas de galerías y depurados balcones de forja. Una bonita perspectiva arquitectónica que queda redondeada gracias a la variedad de comercios y negocios que ofrecen una ilusión de actividad y vida. Un giro hacia la izquierda nos introduce en un trazado dibujado en sentido descendente, donde surge alguna vivienda de imponente presencia y sumida actualmente en un gratificante proceso de restauración. Enfrente se halla la frecuentada Plaza de Abastos, ubicada en el solar donde se intentó edificar en tiempos pasados un teatro municipal. Gracias a la amabilidad y dilatados conocimientos de don Conrado Blanco, cronista oficial de la ciudad y máximo exponente de la cultura bañezana, sabemos que el 25 de marzo de 1919 y siendo alcalde don Martiniano Pérez Arias, el Ayuntamiento llegó a un acuerdo con José Toral Vidales para adquirir una finca de su propiedad.