Las obras para sustituir el suelo de Santa María podrían dejar enterramientos al descubierto

Un buen número de voluntarios colaboraron ayer en las tareas de desalojo de los bancos de la bañezana iglesia de Santa María, que cerró por la parte sus puertas al público, ya que hoy comienzan las obras de sustitución del piso del templo. La labor se desarrolló con rapidez, ya que una media hora se tardó en sacar los bancos por la puerta que da a la calle de Fernández Cadórniga, para colocarlos en el almacén de Vázquez e Hijos, local donde se desarrolla habitualmente la tómbola benéfica de Navidad. El culto se traslada de la parroquia a la capilla de la Cofradía de Jesús Nazareno, en Juan de Mansilla, donde ayer se celebraron las misas dominicales de la tarde. El último acto del templo de Santa María fue un funeral, que se ofició a las 13.00 horas. Las obras servirán para sustituir el actual suelo, de madera, por otro de mármol, así como para arreglar el interior de la torre, habilitando distintas salas en los forjados. No se descarta que al levantar el actual solado se encuentren lápidas funerarias de otras épocas, en cuyo caso la dirección de la obra tendrá que obrar en consecuencia, según la valoración que los técnicos otorguen a los descubrimientos. En la actualidad, dos tumbas se ven en el suelo, justo antes del altar y a derecha e izquierda. Uno de estos enterramientos es el del padre Ángel Riesco, en proceso de beatificación. Fuentes consultadas señalaron que las actuaciones no afectarán a estos enterramientos. La reforma que hoy comienza se une a la restauración del órgano, relativamente reciente, el remozamiento del exterior de la torre, el cambio completo de la megafonía y la sustitución de la vieja iluminación por otra nueva. Las obras se financian con la ayuda de la Junta de Castilla y León, que aportará el 10% del coste total, y de la Fundación Carmen Vidal.