La capital precisa de más de 114 toneladas de sal para sus calles
La nieve sirvió para que la capital leonesa se empleara en la precaución aunque, pese a la cantidad de sal esparcida, no se logró evitar pequeños accidentes y cortes momentáneos en algún vial.
La capa de nieve con la que amaneció ayer por la mañana León dio paso con el día a la blandura y el retroceso paulatino, en un ensayo de temporal que no ocupó más de 18 horas. Pese a la corta estancia, las inclemencias meteorológicas bastaron para empujar a más de media docena de coches a accidentes de pequeña gravedad; a bloquear algunas vías, como fue el caso del Portillo durante algunas horas de la mañana de ayer; y a suspender el transporte escolar de algún colegio situado en la periferia de la capital leonesa. El servicio municipal de limpieza acometió la mayor labor de la nueva ola de frío. Los empleados repartieron más de 114 toneladas de sal y cloruro por las calles de León para impedir que se convirtieran en una pista de patinaje, aunque el cuidado puesto en su esparcimiento no pudo evitar más de un tropiezo sin mucha consecuencia. El ayuntamiento estableció veinticinco puntos dentro la ciudad para que los ciudadanos se abastecieran de sal y la utilizaran en la limpieza de las calles, como complemento a las tareas de los peones municipales. La zona que no se vio afectada por la nieve fue el aeropuerto. Los dos vuelos que usan la pista de La Virgen del Camino para aterrizaje y despegue, el proveniente de Madrid y el de Barcelona, encontaron en perfecto estado las instalaciones.