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El Salvador, clave de una calzada convertida en camino de peregrinación

Vía de la Plata (III)

Una imagen de una de las antiguas casas que se pueden ver en la avenida de la Vía de la Plata

Publicado por
León

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En días pasados hemos recorrido con detenimiento esta Avenida Vía de la Plata, cuyo considerable y serpenteante trayecto se extiende entre la Plaza de Fray Diego Alonso y la entrañable Estación de Ferrocarril, todo un referente sentimental para La Bañeza del pasado. En su trayecto nos encontramos con la frecuentada Plaza de Abastos, erigida en el solar donde se pensó en edificar, allá por 1919, un gran teatro municipal, y la escultura dedicada a los donantes de sangre que fue inaugurada con todo fasto el 29 de julio del año 2001. No falta en la arteria el toque verde propiciado por los distintos árboles que jalonan algunos trechos del recorrido, panorama magnificado en la parte última, a un paso de la Estación, por el bautizado como Jardinillo La Bañeza. Cada sábado se vive en este lugar el popular mercadillo convertido en todo un referente de ocio y negocio, otra de esas tradiciones que siempre han caracterizado al animoso Barrio de Labradores. Remontándonos unos cuantas décadas atrás, en la iglesia de El Salvador se organizaba en fechas navideñas la tradicional Pastorada y el correspondiente Carro Triunfante. El gran foco espiritual El Carro Triunfante era un carrito decorado por la mocedad del barrio y en el que se iban recogiendo, casa por casa, los presentes entregados a la Virgen por la vecindad. Entre cánticos alusivos, los organizadores llegaban al templo y dejaban en el altar los distintos regalos, cerrándose el acto con un animado baile que reunía a toda la juventud de La Bañeza. Resulta evidente que la iglesia de El Salvador se configura como el gran foco espiritual de todo este entorno, dadas sus raíces milenarias y la piadosa personalidad que impone en la barriada. Contra la opinión de algunos escépticos, incapaces de aceptar que el templo rebasara los mil años de vida, estudiosos del tema han publicado un documento que despeja todas las dudas al respecto: «En el siglo X, el 29 de abril del año 932, un matrimonio, Abamor Eximiz y su mujer Cendina, dan al obispo San Genadio, un monasterio que han construido a su costa. Dicho monasterio está próximo al río Ornia, en un lugar conocido por Monte Urba, en la villa que tiene por nombre Vanieza, y lo han construido y donado para que sirva de hospedaje propicio a los peregrinos, a las viudas, a los huérfanos, a los clérigos y a los laicos que deseen servir a Dios». El venerable edificio religioso ejercía, por lo tanto, funciones de albergue o residencia para los peregrinos que, a través de la histórica Vía de la Plata, recalaron en estas tierras. No obstante, las tribulaciones bélicas de la época provocaron que, apenas 75 años más tarde, el feroz Almanzor, de paso hacia Galicia, arrasara El Salvador hasta sus cimientos.

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