Diario de León

CARNAVAL 2003

El bosque empapado

Sólo el inquebrantable ánimo de los más de 500 participantes en el desfile de carnaval de San Andrés logró ayer vencer al cielo gris y la insistente lluvia. El público tampoco falló a la caravana multicolor en los distintos momento

Publicado por
A.G.P. Redacción - LEÓN.
León

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La incesante lluvia sólo dio cinco minutos de tregua al desfile de carnaval de San Andrés. Fue justo a la salida de la Casa de Cultura de Pinilla, aunque el agua en ningún momento pudo doblegar a los animados participantes que minutos antes de partir con la caravana multicolor ya bailaban. Toque tradicional para abrir el desfile: un grupo floklórico con atuendos de antaño, tambor y dulzaina y sones entonados a lomos de un caballo, desde donde podía oírse «¡Qué viva la fiesta, qué viva el carnaval!». Dos de ellos portaban cabezas gigantes de toro y caravela. Tras ellos, simpáticas y dinámicas estructuras de pollos amarillos con alas movientes. El cielo intensamente gris contrastaba con el siguiente conjunto: «Fantasía de color» con tonos y diseños a lo Ágata Ruiz de la Prada y música típica de estas fechas. Las señoritas del Oeste con su cancán dieron paso a una entañable estampa de un bosque animado (carroza), con nomos, ninfas y hadas. Los recursos ecológicos y faunísticos deben estar al alza a juzgar por lo mucho que ayer se repitieron en el desfile los bosques, los vegetales, las frutas y los animales. Un grupo de niños del colegio Anejas lució troncos animados, además, lo ajustado del diseño protagonizó más de una escena simpática. Al salir uno de los pequeños se fue al suelo al perder el equilibrio, asunto subsanado con un corte de tijera justo en la raíz. Unas vampiras albinas ofrecieron una imagen de estos siniestros personajes nada habitual: blanca y fucsia con simpáticos y rítmicos aleteos. Una carroza, tras ellas, albergaba a un afanado profesor tratando de enseñar a volar a un alumno, con avión incorporado, bajo el título «Escuela de papel». Muñecos caminando con la cabeza hacia abajo desfilaban haciendo el pino y caminando en una difícil simulada acrobacia y otra vez un motivo natural: «El jardín de Holanda», con tulipanes, jardineros, carretillas... La tercera edad optó por volver a la más tierna infancia disfrazándose en un numeroso grupo de colegialas traviesas. El controvertido mundo del corazón también estuvo presente en la cabalgata a través de una peluquería ambulante seguida por señoritas empapeladas literalmente por recortes de prensa rosa. Y más frutas, cubas de vino, vegetales diversos, árboles con mono y monstruos del bosque. El reguero de animales llegó tras la carroza de Noé&Cía, con un arca con los supervivientes y todo tipo de animales. También desfilaron con elegancia, aunque con soprepeso, orondas bailarinas integrantes del ballet XXL. Un grupo de novias y novios llegaron con un mensaje de paz y el glamour lo aportó el barco de vapor «La dama del Torío» con los jugadores de póker y las refinadas damas del Mississippi, así como la carroza de la reina y las damas. Las exóticas brasileñas de «Río Samba Show» tampoco faltaron este año a la cita en San Andrés.

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