Diario de León

LA BAÑEZA CARNAVAL 2003

La lluvia no puede con el primer desfile

La Bañeza se vistió de fiesta, a pesar de la lluvia, porque muy serios tienen que ser los motivos para que se suspenda un desfile del Carnaval bañezano, aunque sea el del domingo, en el que los grupos salen a la calle co

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Alberto Domingo Redacción - LA BAÑEZA.
León

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El que no sepa de cachondeo, mejor que se marche de La Bañeza, porque ni el aguacero de ayer por la tarde pudo con el desfile del Domingo de Carnaval ni con un público que llenó las aceras de paraguas para ver pasar a una comitiva que lucía los trajes del año pasado. Es Don Carnal que invita a la fiesta desde la noche del sábado, desde que el vicepresidente del Senado, Alfredo Prada, leyó su pregón -un pregón de político, pero pregón-. para dar suelta a la alegría de la Noche de Chispas, estrenada con fuegos de artificio en la plaza Mayor, y muy concurrida. En la noche del sábado al domingo no había quien aparcase el coche en La Bañeza, ni quien no se dejara embargar por los vapores de las bebidas espirituosas, pese al control de prevención de alcoholemia instalado en Requejo. Y el domingo no iba a ser menos. Primer desfile, al que ya se había adelantado los que «corren» el carnaval por su cuenta: La Barbie sirena, el F-18 que le da por ese sitio al señor Aznar, los chicos vestidos de chicas -incluso de menstruación, como en el anuncio-, Don Quijote y Sancho... y esas charangas copleras, que en sus canciones dicen con toda la sorna eso que todos sabemos: que si la crisis política, que si el circuito, que si los concejales, que si el alcalde... Ayer, la mañana, nubosa y de resaca, se estrenaba con teatro en la calle, a cargo del grupo Diadres, que consiguió involucrar al público con su callejera obra D''Strangis: un matrimonio francés que, con su mal educado hijo y sus criados -gallegos, «rapaziño»-, llega a La Bañeza. Tomando el pelo al público fueron de la plaza Mayor al final de la calle del Reloj, suicidio desde un balcón incluido, y llegaron a registrar el bolso de una bañezana -en el que encontraron incluso «globos de colores, ¡marrana!»-. Consiguieron implicar a un público -que de eso se trata en el teatro en la calle- no muy numeroso, pero entregado, a pesar de que un espontáneo Mortadelo, trataba de atracar a los presentes pistola, de pistones, en mano y que también fue incluido en su irreverente coña, aunque por breves instantes y fuera del guión. Paliza valenciana Para el desfile de la tarde ya habían vuelto los de Valencia, que participaron en la Cabalgata del Reino, con unas carrozas que ya quisieran lucir aquí. Volvieron de madrugada, con una paliza de aupa, pero eso no impidió que algunos salieran en el desfile de ayer, incluida la Musa 2002, Verónica Brímez, que ayer abrió la comitiva por última vez, ya que el martes cede la carroza a la espectacular Laura Jáñez. Los Tranquilos, como siempre, cerraban el desfile y los pitos, la música y la jarana se prolongaron caída la noche.

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