Los años no han borrado de su memoria las tertulias de la rebotica
Sorprendentemente sus recién cumplidos cien años no impiden a Fernando comenta aquellos primeros años en la farmacia, en los que era norma que el médico, el juez, los maestros, y sus amigos se reunieran en el interior de la rebotica a las doce del mediodía para entablar una tertulia. En la misma se comentaba todo lo acontecido entre los vecinos, aunque eso sí, «hasta la hora de la comida en la que se interrumpía de forma tajante la tertulia hasta el día siguiente». Otro de los comentarios de Fernando hace referencia a lo mucho que ha cambiado la forma de atender a los clientes en la farmacia. Él recuerda como antaño, las necesidades de los vecinos, a diferencia de hoy, se atendían a cambio de una fanega de trigo o unas 20 pesetas, aportación con la que estaban cubiertas todas las necesidades farmacéuticas de un año entero. Eran unos tiempos en los que era el propio farmaceútico quien, a base de mezclar productos, proporcionaba el medicamento demandado por los pacientes, como demuestra el pequeño folleto recogido en una de las fotografías. Éste concretamente data del año 1892, y era una de las fórmulas que por aquel entonces, en la época del padre de Fernando, existían para dar a conocer a los clientes los productos que se ofertaban.