El consejo de administración lamenta que el asunto «se utilice por los políticos» para sus fines propios
Mafricas vincula la polémica del matadero con rencillas personales
El presidente del consejo de administración de la Entidad Mercantil Mafricas S. A., Francisco Fernández Ares, vinculó ayer la polémica del m
Fernández señaló ayer en un comunicado de prensa que «un grupo minoritario de accionistas con todo su derecho ha solicitado una auditoría contable con cargo a la empresa, nos parece normal, si no fuera por su elevado coste. Lo que no parece tan normal es que el principal inductor de esta auditoría, además de no realizar sacrificios (en las instalaciones) mantiene un enfrentamiento hostil con el gerente del matadero, quien tiene todo nuestro apoyo». Fernández estimó que esta situación resulta «perjudicial para Mafricas, a quien dicho inductor adeuda una cantidad importante de dinero», y que, según su versión, ha sido demandado judicialmente, al igual que un cliente que «mantiene una deuda cuya cuantía real se verá reducida por la recuperación del IVA y por el resultado de las negociaciones con el proveedor intermediario», y de cuya existencia ya dio cuenta el propio Vega cuando se conoció la petición de la citada auditoría. Accionistas y trabajadores Fernández, que dijo actuar en representación de un grupo mayoritario de accionistas y de los trabajadores, pidió a los políticos «que nos dejen resolver nuestros propios problemas, y que, de hacer algo, sea para colaborar, como hasta ahora siempre ha sido», al tiempo que consideró que «habrá otros temas más importantes en esta ciudad que el intentar desprestigiar en los medios un matadero que ha superado pruebas difíciles». La petición llega días después de que el PP solicitara documentación sobre el estado económico de la empresa y libros de actas, de los ejercicios 1999 al 2001. El presidente del consejo matizó que «cada año se rinden cuentas ante la junta general de accionistas» y «hay años y épocas mejores y otras no tanto, como en cualquier empresa», y recordó que el matadero funciona como una sociedad anónima cualquiera, y su gestión «recae en el gremio de carniceros», mientras que el gerente está «contratado por el consejo» y «no es funcionario municipal, sino que pertenece al ámbito privado». El consejo está formado por tres miembros por parte del capital privado, entre ellos Gonzalo Vega, y dos por el Ayuntamiento de Astorga.