Los afectados por la feria esperan una solución antes de recurrir ante otras instancias

Los vecinos de la zona en la que se instala por Carnaval y la Patrona la feria llevan varios años buscando una solución a las molestias que genera la instalación de las atracciones durante las celebraciones, según indicaba ayer Marisol Carrucedo Catalán, una de las vecinas promotora de la iniciativa. Además, si no encuentran una respuesta positiva del equipo de gobierno, están dispuestos a llevar el caso a la Subdelegación del Gobierno. Uno de los principales obstáculos con los que se han encontrado quienes tiene su residencia en las calles de Los Abetos, Antonio Bordas, General Benavides, travesía de Josefa Toral, Los Cedros y La Alameda ha sido la sucesión de gobiernos municipales a lo largo de la legislatura, con lo que las conversaciones han quedado paralizadas en los anteriores intentos de solucionar los problemas. Hasta el momento, todo lo que han sacado, según explicaba ayer Carrucedo, han sido «buenas palabras». Marisol Carrucedo indicó ayer que desde la pasada Navidad se ha intentado tratar el tema con el actual alcalde y que, al no conseguir una cita, se presentaron en el Ayuntamiento con un buen número de firmas, «aún faltan por recoger u entregar otras», para solicitar al alcalde una solución y advirtiendo de recurrir a la Subdelegación del Gobierno. La vecina explicó que, tras la entrega de las firmas antes del pasado Carnaval, se personó en la feria la Policía Local, que indicó al responsable de una instalación que la cambiara de lugar, orden que el feriante omitió. «Los ruidos son altos, vibran los cristales y el suelo de las casas», explicaba Carracedo, «y, cuando se marchan, las zonas verdes quedan sucias; parcelas que el Ayuntamiento no limpia porque son de propiedad privada. Sólo limpian Antonio Bordas y, este año, la acera de La Alameda». Los vecinos consideran que «si el Ayuntamiento autoriza la instalación de la feria, es responsable de su limpieza» e indicaron que, tras las fiestas patronales, «limpiaron un trozo y mal durante cinco días». Marisol Carrucedo explicó que los vecinos no se cierran a ninguna alternativa, pese a que pelearán por su causa «hasta las últimas consecuencias. Si no se cambia de lugar, se deben adoptar medidas, como bajar el volumen a partir de una determinada hora y, en especial, desde las once de la noche, y que se recoja la basura».