Una excavación revela una nueva calle enlosada y una cloaca romanas

La calle, que discurre en dirección este-oeste, se compone en su mayor parte de losas de cuarcita, algunas de unos cincuenta por setenta centímetros, aunque «también luce algunos parches de zahorra y una especie de ladrillo, que se aplicarían cuando se partía», explicó Muñoz. Por los fragmentos de cerámica encontrados junto a agujas para el cabello y monedas, el arqueólogo estimó que este vial dejó de funcionar entre los siglos III y IV d.C., aunque emplazó a un estudio posterior del interior y la cimentación de la cloaca para avanzar la época en la que pudo ser construida. Mientras, el colector mide, aproximadamente, un metro de anchura por otro de profundidad, lo que hizo aventurar a Muñoz que «quizá ésta era una calle secundaria, porque en las principales suelen existir cloacas de mayor tamaño». Esquema habitual El arqueólogo recordó que en la zona se reproduce el esquema habitual en Astorga del colector que discurre bajo un vial, y adelantó que, por el relleno de la canalización, ésta «tal vez no estuviera en funcionamiento hasta época reciente», como sucede con otras de la ciudad. Junto a la cloaca y la calle -de la que se tenían indicios por excavaciones previas- aparecieron también varios muros romanos, presumiblemente pertenecientes a construcciones domésticas. La intervención, que comenzó hace tres semanas, se prolongará un mes más, y se centrará en los próximos días en el estudio del colector, para lo cual parte de los restos de la calle ya fueron retirados. La excavación, que se ampliará en forma de ele en la parte trasera del edificio que se conserva en el solar, comenzó con un sondeo en la zona más próxima al mismo, en la que se encontró un rebaje del firme que podría coincidir con el inicio del foro, dijo Muñoz, tesis que éste espera confirmar con la próxima excavación del pasillo central de la finca, dado que la construcción impide, por el momento, ampliar el análisis.