EurAcom propone a la CE tres fórmulas para que las cuencas sigan recibiendo fondos estructurales
La asociación europea de municipios mineros del carbón, EurAcom, aprobó anteayer en una reunión en Estrasburgo elevar a la Comisión Europea (CE) una propuesta con tres fórmulas distintas para que las regiones deprimidas y en reconversión, como es el caso de las cuencas, sigan recibiendo fondos estructurales del objetivo 1. Castilla y León y Asturias saldrán de este grupo en el 2006, al superar el 75% de la media del PIB de la UE. Entonces dejarán de recibir fondos para infraestructuras y sólo podrán acceder a los de fomento del empleo y formación procedentes de Bruselas: pasarán a ser objetivo 2. EurAcom lleva un año haciendo gestiones para que se haga una excepción con las zonas carboneras, para lo que cuenta con el importante apoyo alemán. El comisario de las Regiones, Michel Barnier, y la de Energía, Loyola de Palacio, ya transmitieron a la asociación que esto podría ser posible, según recuerda el vicepresidente, el leonés Laudino García. Para lograr este objetivo, los alcaldes mineros europeos trabajan en conjunto con los de Ari (la asociación europea de los del acero y la industria) y Retex (del textil). La primera de las propuestas es precisamente que los fondos estructurales no se organicen sólo por regiones sino que incluya a municipios en zonas en reconversión y en crisis con un PIB inferior al 75% de la media europea; todos los del carbón en León, Palencia y Asturias y los del textil en Béjar (Salamanca), en el territorio de Castilla y León. La segunda fórmula propuesta es modificar el objetivo 2 para que los territorios en crisis y reestructuración dentro de su zona de acción puedan obtener también inversiones para tejido industrial e infraestructuras, no sólo para empleo y formación. La tercera se basa en el nuevo Reglamento de ayudas al carbón, que reconoce que es necesario dar tiempo a la reconversión y que se precisan fondos para asegurar el abastecimiento energético. La fórmula sería un nuevo plan europeo específico para las cuencas, similar al Rechar que funcionó hasta mediados de los años 90 con bastante éxito.