El temor a un derrumbe paraliza la restauración del Castillo de Toral

El Ayuntamiento de Toral de los Guzmanes no podrá colocar, de momento, la guinda de la restauración al castillo impulsado por Juan Ramirez de León hace ocho siglos. Después de haberse rehabilitado las tres primeras torres del recinto y de reutilizarse las habitaciones del enorme corredor del palacio como sede municipal, las obras de la cuarta y última han sufrido un parón. Según denuncia el concejal del PP, Emilio Haya, los muros perimetrales que dibujan la torre Sureste se han construido «prácticamente sin cemento» y, por eso, «ahora vienen los problemas y el peligro de que puedan derrumbarse si se edifica sobre ellos el resto de la torre, que tiene previsto ser la más alta de las cuatro y alcanzar los 15 metros de altura». Haya explica que no se ha respetado el proyecto constructivo, ya que no se utilizó el cemento h-20 mezclado con fibra de poliuretano que se especificaba para dotar a los muros de resistencia. «Se ha eliminado parte de ese cemento y ahora los muros se agujerean con sólo rascarlos», aclara. Su versión fue corroborada por la empresa Incosa, que realizó recientemente unas catas a las paredes para comprobar su fuerza. En los primeros resultados dados a conocer el pasado 13 de febrero se afirmaba que los muros sólo tenían el 42,4% de la resistencia de 83 kilos por centímetro cuadrado que proponía el proyecto. «No entiendo -asegura Haya- cómo la dirección de obra pudo dar de paso esa primera fase de restauración, que ahora parece que no va a servir, cuando el arquitecto cobra 5.468 euros y el aparejador 2.091,5». El portavoz del PP en Toral esperará a que lleguen los segundos informes de Incosa en los próximos días. Si confirman los resultados de febrero, que reflejan que los muros se construyeron con la mitad de la resistencia fijada en el proyecto, exigirán responsabilidades. «No puede ocurrir que unos muros que tienen que ser de carga para soportar la estructura de toda la torre no sean de carga, sino débiles y puedan llegar a derrumbarse ocasionando una desgracia como casi ocurrió cuando se cayó el muro de la torre Noroeste», insiste. En el último pleno que celebró la Corporación de Toral de los Guzmanes, el pasado 27 de febrero, el alcalde propuso forrar las paredes de carga exteriormente con ladrillo para dotarlas de la resistencia que le pudiera faltar y parta evitar erosiones. Pero esa posible solución, que tendrán que avalar los técnicos, disgusta al PP. «Los muros se construían de hormigón claro porque, según el proyecto, una vez pintados serían lo más parecido al tapial original del castillo. No queremos parches ahora y sí que se cumpla lo acordado», reitera. Haya vigilará que la legalidad se cumpla y que la obra se realice adecuadamente. De momento, tiene una duda, si los muros tienen menos cemento, quién se quedó con el