La Consejería asegura que el trayecto no es definitivo y que aún está en información pública
Fuentes de la Consejería de Industria, Comercio y Turismo aseguraron ayer que el procedimiento adoptado en la autorización del proyecto del gasoducto de transporte secundario La Robla-Guardo es el que habitualmente se sigue en toda obra pública y que el proceso todavía se encuentra en período de información pública. Estas mismas fuentes aclararon que todavía no había sido aprobado un trazado definitivo de la conducción de gas sino que sólo había sido aprobada una autorización previa a la empresa Septentrional de Gas S.A. -que luego adquiriría Hidrocantábrico- en julio de 2002 para que elaborase un trayecto que fue posteriormente presentado por esta firma en agosto del mismo año. Por tanto, desde la Consejería sólo se admite que salido a información pública un recorrido previo «que todavía está abierto a las alegaciones que quieran presentar los ciudadanos que se consideren afectados», y que el expediente definitivo, que incluye el proyecto inicial y las alegaciones, se remitirá después al servicio territorial para la tramitación de la declaración de impacto ambiental. Según la Consejería de Industria después de todo este proceso el trazado inicial podría verse afectado cuando se estudien las alegaciones y podría cambiar para no perjudicar a los afectados. La Consejería de Industria negó asimismo la existencia de favoritismo hacia el grupo de empresas adjudicatarias de la obra de conducción de gas entre La Robla y Guardo y que desde un primer momento «se ha buscado establecer un trazado que beneficie a todos». El departamento que dirige Vallvé también declaró «que no le parecía oportuno que se acudiese a la vía judicial cuando el procedimiento de información público todavía permanecía abierto».