CARTA TE ESCRIBO Martín Martínez
Rondas nocturnas
Querido hermano: Después de Semana Santa, «consumatum est». Ha pasado hasta Santo Toribio con sus morrillos en el Crucero y sus sandalias sacudidas. Ahora comienza la carrera de fondo, a la búsqueda de una meta que será el 25 próximo. El calendario está, institucionalmente establecido pero no lo respeta ni quien lo inventó. La campaña se ha desencadenado; esta sí que será la madre de todas las batallas del año; se han desbocado y, en Astorga, hace casi dos semanas que ya vemos caras de aspirantes por las paredes; pronto estarán las de todos, por los suelos. La verdad es que este año en Astorga lo tenemos fácil; cuatro candidaturas es como si nos hubieran puesto el bálsamo de Fierabrás; aquí, que hemos tenido en alguna ocasión tal sopa de letras que no sabías a qué plato quedarte; este año estamos como en los restaurantes económicos, muy económicos; sota, caballo y rey; no hay mas cera que la que arde y con su lucecita mortecina tenemos que conformarnos. De caldo, cuatro tazas; que cada quien elija la que, a su sabio entender, presente más sustancia, y al que Dios le dé la «Sabina», San Pedro se la bendiga. Bien sabes, querido, que todavía no es tiempo de pronósticos, porras ni adivinanzas, que después muere Sansón con todos sus filisteos; aunque todos tenemos, en la mente, quienes van a estar en la pasarela a partir de la eclosión de mayo, sea rosa o clavel. Por mi parte, tengo los pronósticos aquilatados, pero no te lo diré hasta el martes antes de la cita electoral; por aquello de no marear la perdiz que bastante tiene con los cazadores. Además, hermano, mi espía -algún día te lo presentaré- anda un poco mosca, como te diría yo, desnortado, con la presencia de algunos individuos en las listas electorales, lo cual le vuelve tarumba, y quiere aquilatar al máximo los informes con un rastreo decisivo y concluyente; porque, como siempre hemos acertado, dice que prefiere esperar unas semanas y no dar en la herradura, puesto que siempre hemos dado en el clavo. Bien es cierto que se ha visto descontrolado con la ausencia de IU, cuyo escaso centenar de votos podrían ser decisivos en una ajustada recta final; o el sí no es del PRB de Tarsicio que al final se decidió a pasar el Manzanal, su mermado Rubicón; claro que se les ve más podridos que una reineta berciana en los meses de heladas; se nota que buscan la pastizara electoral y lo demás les trae al pairo, porque en el recuento no creo que pasen del medio centenar. El espía, que sabes es noctívago, amén de muy cencerro, me contaba ayer que en sus andanzas nocturnas había detectado ciertas canciones de ronda muy significativas, según las calles. En la del Padre Blanco, donde se ha aposentado el miedo por lo que pueda pasar los próximos cuatro años se oía aquella copla de «Miedo, tengo miedo, mucho miedo de perderte...» En el cruce de Manuel Gullón con Alonso Garrote, la cantinela nocturna andaba dándole al cuplé en desvaríos amorosos con el «Ven, y ven, y ven, Sabina vente conmigo...» En la encrucijada de San José de Mayo, por aquello del regionalismo, se aferraban a la tradición infantil de «¿Dónde están las llaves...?». Y cerrando jornada se desplazó a Combarros a rematar la noche, oyéndose puerto abajo una melodía zarzuelera con aire berciano similar al «¿Dónde estarán esos votos...?» Y así estamos hermano, con un PSOE al que no le llega la camisa al cuello; un PP que busca el arrimo de la vara municipal, engolosinando al personal con nuevo candidato cada convocatoria; las huestes de Barriales con ansia de cerrojo consistorial; y los de Tarsicio, como siempre, no digo más porque después se enfada. Cosas electorales.