Un recorrido largo, difícil, con mucho coste y varios acueductos

El último tramo de la autovía Burgos-León -como la llaman en la capital de Castilla- ha sido uno de los más complicados de ejecutar y el que más ha costado de toda la autovía (132 millones de euros o 22.000 millones de las viejas pesetas). Es el más largo de todos los que se han ejecutado con 56 kilómetros desde Osorno hasta Villalbilla, quizás por eso se planificó en dos trozos aunque se inaugure de un tirón: el de Osorno a Melgar de Fernamental -que ha construido la leonesa Begar- y el de Melgar a Villalbilla de Burgos. Se han construido ocho viaductos, de los cuales destacan el de Villanueva que salva los ríos Hormazuela y Ruyales (551 metros de longitud) y la espectacular estructura que une a Tardajos y Villalbilla saltando el Arlanzón con 450 metros. También hay otro cerca de Melgar de Fernamental sobre el Pisuerga -el que se ve en la foto de al lado- que tiene una espectacular estructura de hierro pese a ser sólo de 150 metros de largo. El kilómetro de doble vial ha costado entre los dos y tres millones de euros de media.