Más de mil músicos tocan al unísono el himno de Valencia de Don Juan

Corresponsal de Diario de León Nunca el himno de Valencia de Don Juan había sonado con tanta fuerza, 1.225 músicos interpretaron los acordes de la música compuesta por Rodrigo A. de Santiago, hace 60 años. 40 bombardinos, 55 saxofones, 115 trompetas, más de un centenar de clarinetes, decenas de flautas, fliscornos, cajas y contrabajos inundaron ayer las calles coyantinas en un acontecimiento sin precedentes en la provincia de León, el Encuentro de bandas de música de Castilla y León. La recién inaugurada plaza Mayor fue testigo de un extraordinario concierto interpretado por más de mil músicos, que tocando al unísono, deleitaron a visitantes y coyantinos, con temas tan conocidos como Educandos de Benezjuzar, el Gato Montés, o Amparito Roca. Cerca de las 10 de la mañana comenzaban a llegar las primeras bandas a la estación de autobuses. Los componentes de la Banda municipal de música de Valencia de Don Juan, fueron los encargados de actuar como guías de su invitados. Cada banda ofreció un pasacalles individual, llevando la música a todos los puntos de la ciudad coyantina. La lluvia, que caía con fuerza a las once de la mañana, fue poco a poco retirándose, y así a las doce de la mañana, con un sol radiante, la primera banda, procedente de la ciudad de Ávila, comenzaba a desfilar por las calles de la ciudad. El buen humor reinaba en el ambiente y la fiesta se animó cuando una de las bandas improvisó la canción de «Paquito el chocolatero». A continuación las 24 bandas desfilaron por la calle Mayor, hasta llegar a la Plaza Mayor, donde público y autoridades les aguardaban. Allí se ofreció un concierto conjunto, dirigido cada tema por cada uno de los distintos directores, y en último lugar por Restituto Martín, director de la Banda coyantina, que mostraba su entusiasmo en este magnífico día. El alcalde, Juan Martínez Majo, durante su intervención, tuvo palabras de agradecimiento para todos los músicos, a quien se les hizo entrega de un llavero. También se rememoró emotivamente a los músicos que ya no podían estar presentes. La nota curiosa del día la protagonizaron los músicos en la comida de fraternidad realizada en el frontón y pabellón de deportes, como es tradición en estos encuentros, allí iniciaron su particular «batalla» de migas de pan vitoreando a su banda.