«Dura lex, sed lex»

El latinajo del título significa «la ley es dura, pero es la ley». O la trampa, en este caso. Una vez incluidos los regantes del Carrión en la Junta de Explotación del Esla-Valderaduey ya no habrá forma humana de impedir que se les garantice algo de agua de Riaño en el reparto anual. Y algo no es una nimiedad, sino lo que le corresponda de forma porcentual comparada con las seis comunidades leonesas. La Ley de Aguas es específica y clara: si sobra agua y falta en otro lugar al que se puede trasvasar se ha de ceder. Y punto. El problema es, como siempre, la falta de delicadeza de Valladolid con los problemas de León. Otra vez los leoneses verán pasar el agua para otros como temían. Y encima les llaman «localistas». No entienden a los leoneses y ese es el verdadero problema.