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Vestigios del pasado, solares, nuevos edificios y los Juzgados

Publicado por
León

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Así arranca una ancha y despejada arteria, salpicada de árboles y bloques de viviendas de atractiva presencia. No obstante, como recordatorio de otras épocas, en su trayecto aún pueden contemplarse algún llamativo vestigio urbano enriquecido por hermosas cristaleras. Y solares a la espera de ser edificados, que completarán en un futuro no demasiado lejano la estampa de una vía que será otra de las columnas vertebrales de la ciudad. De momento, en nuestros días, los comercios y establecimientos públicos que la pueblan procuran una sinfonía de vida y actividad que, sin duda alguna, hubieran agradado al titular de su rótulo, el General Benavides. Y es que, al fin y al cabo, el militar siempre fue un hombre preocupado por el progreso y bienestar material de sus paisanos. La maldición A pesar de esa cáustica maldición que, a modo de burlona advertencia, recomienda con mala baba que «tengas pleitos y los ganes», no cabe duda de que la forma más civilizada de solventar pendencias y querellas es recurrir a la Justicia. Al final de la calle, a mano izquierda, nos encontramos con el funcional edificio que cobija los Juzgados bañezanos, poniendo colofón a nuestra avenida y cediendo el testigo, en el aspecto urbano, a la carretera de Madrid a La Coruña. Signos de identidad Más allá, en el horizonte inmediato, se vislumbran otros signos de identidad locales como el restaurado molino o el parque que lleva el nombre de Juan Ferreras, trazado sobre la antigua finca pública donde el empresario bañezano Manuel Alonso García instalara una plaza de toros construida en madera. Pero en fin, como decía Kipling, esa es otra historia de la que les hablaremos al tratar sobre la carretera que circunvala y ampara nuestra ciudad.