El alcalde promueve el cooperativismo de productos naturales con un curso específico de esta materia VILLADANGOS DEL PÁRAMO
El Ayuntamiento completa la oferta industrial con horticultura ecológica
El Ayuntamiento de Villadangos ha decidido dar un impulso al área agrícola de la zona para completar la oferta industria
La localidad de Villadangos se está convirtiendo en un ejemplo para los ayuntamientos del Páramo, atenazados por la decadencia de la agricultura y por la pérdida de población. No sólo ha logrado poner en marcha un macropolígono industrial, que generará riqueza para la zona, movimiento y empleo, sino que ha diseñado también un plan urbanístico para que se amplíe el número de viviendas y, con ellas, el ratio de habitantes. Además, para no dejar morir el campo, el pasado día 16 se inició un curso de horticultura ecológica para 15 alumnos de la zona, que percibirán un salario y medio interprofesional durante quince meses, mientras perfeccionan sus conocimientos sobre los nuevos cultivos. La demanda de este tipo de hortalizas se ha disparado, sobre todo, en Europa, donde muchos consumidores priman la calidad de los alimentos cultivados de una manera natural, sin productos químicos. Una de sus aplicaciones es la comida para niños. Cultivo alternativo al maíz El alcalde, Teodoro Martínez, explica que, «una vez que tenemos la salida industrial con el polígono, el objetivo es dar una salida agrícola a un ayuntamiento en el que viven 200 agricultores, que se verán afectados por la reforma de la PAC y por la tiranía que impone el monocultivo, ya que prácticamente sólo se planta maíz». Según considera, el maíz está cambiando el paisaje de Villadangos. «Ya no hay perdices ni codornices -dice-, y en cambio ha aumentado la población de jabalíes, que están originando accidentes de tráfico». Sin embargo, la causa fundamental para intentar resucitar el campo es el temor a que los agricultores vayan dejando de cultivar las fincas, porque no les compense al subvención que perciban por plantar el maíz. «Nos preocupa, porque una tierra sin cultivar vale menos e iría en detrimento del municipio», confiesa el regidor. El curso se imparte en una hectárea de terreno situada al final del Camino de Santiago, e incide en la horticultura ecológica bajo abrigo (en invernaderos), en las nuevas técnicas y el uso de escasos productos químicos. El Ayuntamiento confía en que los alumnos formen cooperativas y hagan resurgir, de nuevo, la agricultura en la zona.