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Un burrito, bautizado con todos los honores en Mansilla del Páramo

El joven Isidro, uno más en la familia

Todo un acontecimiento el vivido en Mansilla del Páramo. Hace una semana vino al mundo el pequeño Isidro, un burrito, que ya ha pasado a ser uno más de la familia en casa de los

Publicado por
Armando Medina Corresponsal de MANSILLA.
León

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No faltó de nada. Los invitados estaban citados para las siete en punto de la tarde y aunque se demoraron un poco, llegaron todos al lugar señalado, la finca de Estaban Aparicio, propietario del joven animal. El cura también llegó, misal en mano, acompañado de dos monaguillos, especialmente vestidos con ropas de gala para la ocasión, portando el agua bendita y demás objetos necesarios para tal celebración. Una vez se encontraron todos en el lugar, se procedió a la ceremonia como mandan los cánones eclesiásticos. El sacerdote hizo referencia a San Francisco de Asís, al que sin más nombró patrón de los animales, y pidió a los padrinos que cuidaran de la criatura, al tiempo que hizo votos porque tuviera una gran descendencia. Y es que es toda una noticia que nazca un burro en esta provincia que no ha muchos años era prolija en este tipo de animales. De hecho, los más viejos del lugar no recuerdan el último alumbramiento. Según dicen, hará más de ochenta años que no nace un pollino en el pueblo. El pequeño Isidro, que se portó como una persona mayor durante la ceremonia, vio la luz justo el pasado quince de mayo, el día de San Isidro. De ahí su nombre. Pesó al nacer unos 8 kilos, y hoy, diez días después, ya se acerca a los 30 y corretea a sus anchas por la pradera como si tuviera tres meses. Isidro es hermano por parte de padre del ya también famoso Crispín, otro pequeño burrito nacido hace algunos meses en Benavides de Órbigo. Su madre, Chabeli, tiene unos cuatro años, y su dueño, Esteban Aparicio, la adquirió con ocho meses en la localidad de Castrillo de las Piedras. Aparicio, miembro de una familia conocida como los Chancleros, posee una ganadería de vacas para la producción de leche en Mansilla del Páramo. Hoy Isidro es la alegría de la granja. Aparicio asegura que hace un tiempo ya tuvo otro burro en el que los niños del pueblo iban a dar paseos montados en él. Señala que el tener este tipo de animales es puro hobby. «Yo no recibo ninguna subvención», dice. En la granja hay además, caballos y avestruces. Después del cómico bautismo, en el que tampoco faltaron los caramelos y en el que el sentido del humor era la nota predominante entre los asistentes, todos los invitados participaron en una merienda-cena que se alargó con fiesta y música hasta bien entrada la noche.