El pivote cubano Fiz, con 12 tantos, fue el estilete de un equipo de Pastor que se mostró superior en el choque
Ademar se merece las vacaciones
La apatía leonesa convierte la Copa del Rey en un borrón que afea el balance del año
Ademar León se despidió de la Copa del Rey casi antes de comenzarla. El equipo marista, favorito para la final en los pronósticos, hizo gala de una absoluta falta de mentalización, y desarrolló el partido en la misma línea en la que lo comenzó. El triste borrón que cierra la campaña deja un sabor un tanto agridulce al balance del cierre de campaña. Capaz de lo peor durante todo el partido, León estuvo a punto de remontar. La estampa de la sobremesa, con un grupo nutrido de jugadores de Ademar paladeando un helado con fruición absoluta a la puerta del hotel, ya presagiaba poco de bueno. La escasa mentalización del plantel para el torneo, sabedor el conjunto de Cadenas de que la temporada estaba salvada desde el domingo pasado, convirtió en suplicio un evento que transformó la guinda del final de campaña en un borrón, y de los feos.Ademar hizo poco por ganar. Muy poco. Los diez minutos iniciales (2-7) se convirtieron en certificado de defunción con otro parcial similar en los diez minutos finales (1-5) que mandaron al descanso a Pucela a recoger las órdenes pertinentes para no hacer el canelo. No hubo defensa en León. Por ende, los porteros anduvieron vendidos, y en ataque, los errores, en forma de faltas en ataque y de lanzamientos inútiles (hasta 11 llegó a desperdiciar León) contrastaron con la intensidad de Valladolid, solamente dubitativo a ocho minutos del intermedio (10-12). Vatne falló una acción fácil de seis metros, a renglón seguido cayó en la exclusión, y ahí se murió el partido. Reacción positiva Mejoró en algo el 6-0 inicial que había dispuesto Cadenas de salida cuando Colón tomó la posición de Pistolesi en el centro. No sucedió lo mismo cuando Raúl Entrerríos se hizo cargo de la dirección del equipo, porque Julio Muñoz no encontraba la fórmula para hacer carburar el motor marista, y si Kjelling suplía la falta de aportación de Metlicic (llega al final de campaña fundido, y hubo que esperar al minuto 23 para contemplar su segundo gol) por las alas el juego era testimonial.Así que a Julio Fis la portería se le hizo grande, inmensa. ¡Zoom!. ¡Zoom! ¡Zoom! Los misiles del cubano perforaron a mansalva el marco leonés (al descanso ya sumaba seis dianas) y en el banquillo, se empezaron a alargar las caras. Fuera de la cancha se veía venir la derrota y dentro, empezaban los peores interrogantes. Ya no era cuestión de ganar. El asunto era perder al menos con diferencias decorosas. Ya no escocía ni perder con Pucela.Regalos determinantesContraataques regalados al portero, pérdidas de balón increíbles... León se entregó con ganas al repaso del catálogo sobre las causas posibles para perder un partido. El tímido canto de sirena final que generó la inclusión de Vatne en ataque (¡con Kjelling de central!) para poner en reposo a Metlicic dibujó el espejismo del -3 en el tanteador (19-22). Fue sólo la mejoría de los enfermos terminales, antes de morir. León está de vacaciones. Otra cosa es valorar si merecida. Desde el lunes. la temporada ya es otra . historia y se acabó.