Diario de León
Publicado por
Rafael Guijarro
León

Creado:

Actualizado:

Los profesores dudan más que los padres acerca de las virtudes terapéuticas de la escuela. Cada vez están más convencidos de que allí sólo se puede continuar la labor que los niños traen de sus casas, pero que resulta imposible contrarrestarla. Los padres que tiene un hijo tarambaina es más fácil que crean que la escuela lo cambiará, el contacto con profesores y compañeros hará el milagro que ellos han sido incapaces de conseguir. En realidad se trata de una mentalidad muy extendida, que se fundamenta en una conciencia excesiva de la incapacidad personal para entenderse con los hijos, una especie de abandono del papel que la sociedad ha otorgado a los padres. Pero no porque les hayan ido las cosas particularmente peor que a otras generaciones, sino porque no tiene una experiencia contrastada del trato con seres vivos humanos menores de edad: les resultan sorprendentes sus propios hijos porque tiene muy pocos ejemplares de ellos. En cuanto les ven con algún defecto se los llevan al experto para que los diagnostique y los cure. De ahí el crecimiento exponencial de especialidades médicas ligadas a la infancia y también paramédicas: psicólogos, pedagogos, expertos en crecimiento, en maduración de la personalidad, en fobia, en crisis de ansiedad. El gremio de los profesores pertenece a la categoría de los hiperexpertos en niños para la mentalidad de muchos padres, con todos los problemas que tienen las exageraciones. Porque si el niño fracasa también en la escuela, sucede que algunos padres arremeten contra los maestros por considerar que no han hecho bien su labor con el hijo que le han puesto en sus manos, poco menos que para que lo arregle. Así, resulta que los problemas con los padres se suman a los que ya tienen los maestros con sus propios alumnos y por eso se entiende que la profesión ed enseñante sea de las que generan más riesgos para la salud física y metal, en estos años, con tendencia a aumentar y a que disminuya el número de personas que quieren dedicarse a esta profesión. No se ve mucho en las reformas de la anseñanza, la preocupación por mejorar la dignidad del oficio de enseñante, su remuneración, se descanso, su necesidad de reciclaje profesional, a la vista de la doble tarea a la que se ven abocados para enseñar a los padres y a los hijos al mismo tiempo, y bajarles a la realida de que la escuela no es la panacea de reforma personal, si encasa no hay un planteamiento global semejante.

tracking