Los objetivos de una factoría homologada por sus clientes industriales
Los objetivos que se plantea Ebro para su fábrica de La Bañeza en la próxima campaña son, básicamente, incrementar la calidad del azúcar obtenida al 100%, frente al 80% de la pasada, el perfecto funcionamiento del secadero de pulpa -única meta prevista para el año 2002 que no se cumplió, según explicó el director de Calidad y Medio Ambiente de la firma-, que no se produzca ningún incidente de emisiones de partículas a la atmósfera, así como la eliminación del exceso de ruido en dos puntos de la factoría -aunque no superan los límites legales, la empresa quiere reducirlos-, el refuerzo de la red contra incendios y levantar muros de cerramiento en determinados depósito. Manuel Martínez aseguró que del informe presentado ayer se desprende que la fábrica «cumple rigurosamente la ley» y explicó que este documento se remite a las administraciones implicadas, Ayuntamiento de La Bañeza, Junta de Castilla y León, Confederación Hidrográfica del Duero y Ministerio de Medio ambiente, y que será este último organismo al que le corresponde darle el visto bueno. Según el directivo de Ebro, natural de La Bañeza, La Bañeza consiguió su certificación de la Asociación Española de Normalización en 1996 y ha sido homologada, mediante auditorías externas, por clientes industriales, como puede el caso de Coca Cola o de industrias del sector farmacéutico. La factoría realizó su primera campaña en los años 1931 y 1932, con una molturación diaria de 900 toneladas de remolacha. En la actualidad se pueden moler más de 8.500 toneladas al día.