La Virgen fue arropada por cientos de romeros y devotos

La romería de Camposagrado se convirtió ayer un año más en el centro de atención de la provincia, al contar con cientos de romeros que no quisieron perderse una de las tradiciones más arraigadas y de devoción de cuantas se celebran a lo largo del año. La fiesta en honor a la Virgen de Camposagrado se inició a primeras horas de la mañana con el campeonato de León para mastín español, que centró la atención de numerosas personas y que contó con la participación de 47 bellos ejemplares. El premio absoluto del mastín macho recayó en «Tigre de Cueto Negro» del propietario Agustín Fernández de La Vega de Robledo, mientras que la vencedora en hembra adulta fue «Saska de Altamuhey» de Marcos Crespo de Navatejera. Otro premio absoluto fue para la hembra joven «Roca Vilar» de José Antonio Estévez de Orense. Durante toda la mañana, también se celebró la tercera edición de los juegos tradicionales y populares, así como los deportes autóctonos, en los que no faltaron el bolo leonés, la monterilla, la petanca, la calva, la tarusa, la rana y sogatira entre otros. A la hora del mediodía, se celebró el acto central con la salida del santuario de la imagen de la Virgen de Camposagrado, que fue recorrida en procesión y a hombros, momentos que se vivieron con gran devoción y fervor. Finalizada la procesión y antes del inicio de la celebración litúrgica, se leyó el pregón de la exaltación de la romería de Camposagrado, que un año más fue elaborado por el abad de San Isidoro, Antonio Viñayo, quien además presidió la eucaristía concelebrada en la campilla que bordea el templo, con la presencia de diversas autoridades de políticas, civiles y militares. La fiesta continuó por la tarde con la celebración de los juegos populares, la exaltación del folklore leonés, un corro de lucha leonesa y el espectáculo de danza española a cargo del grupo Arpegio. Durante todo el día se exaltó el folclore leonés con juegos y deportes populares