| Entrevista | Pepe Álvarez |
«Vivir y morir en Latinomérica es una cuestión de pura suerte»
Este lacianiego de nacimiento emigró a Suiza hace más de 40 años para buscar otra forma de vida mejor. Después de 30 años de trabajo en el sector del mueble, optó por dedicarse a viajar y recorrer los cinco continentes. Desde 1995 ha visitado multitud de países. -¿Por qué se decidió a viajar por medio mundo? -Desde siempre tuve la ilusión de poder viajar y conocer otras culturas y formas de vida. Un día sin más dejé la empresa a mis hijos y saqué un billete de avión a Méjico. -¿Qué países ha visitado a lo largo de estos 8 años? -Todos los de Latinoamérica, excepto el Altiplano de Bolivia, la parte amazónica de Brasil y el Orinoco de Venezuela. Europa la conozco toda y de África la parte norte. Todos ellos los he recorrido conviviendo con sus gentes durante estancias largas y sin lujos. -¿Cómo fue la experiencia en Latinoamérica? -Muy positiva porque conocí unos pueblos que no se podrían comprender sino se convive con ellos, son unos pueblos sumamente ricos que viven en la pobreza. Vivir y morir en Latinomérica es una cuestión de pura suerte. -¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de estos pueblos? -La conformidad que tienen, han llegado a tal grado de indigencia que lo aceptan así. Las religiones además los condicionan a la pasividad y admitir la situación como un mal divino. Nicaragua, Méjico y Chile son los únicos que tienen una conciencia política, para el resto la política es algo folclórico. -¿Qué país le gustó más? -Colombia porque es tremendamente bonito y la gente es bastante culta y agradable. Allí conviví durante dos meses con indios Haruacos a una altitud de 4.800 metros. Por el contrario, El Salvador es el pueblo más pobre y en el que peor condiciones se vive junto con Guatemala. -¿Qué situaciones límite ha vivido? -Tuve que salir de estampida de la selva de la Candona en Méjico, donde está la guerrilla de Marcos, estuve secuestrado 15 días por indios ecuatorianos al lado de un volcán en alerta roja e incluso naufragué 4 horas con olas de 5 metros, ese día tuve la seguridad que iba a morir. -¿Cuáles son las personas más peculiares que ha conocido? -Muchísimas. Quizás destacaría un gallego en la frontera entre la Republica Dominicana y Haití que tenía 136 hijos con 26 mujeres. -¿Qué nuevos viajes tiene en mente? -Viajar por el Amazonas en barcos de carga y me gustaría conocer India y China. -¿Cuáles han sido las anécdotas más curiosas que le han sucedido? -Comiendo en un restaurante de Veracruz, Méjico, me enteré que el dueño era de Villablino. ¡Qué pequeño es el mundo!