Perder grasa, sí; otros componentes, no

Cuando a través de los alimentos se ingieren más alimentos, es decir, más energía, de la que el organismo consume, se produce una adiposidad, es decir, un exceso de tejido graso en el que se almacena esa energía innecesaria en ese momento, pero que el organismo reserva para cuando sea necesario utilizar. Es así de sencillo. Ni existen alimentos que engorden ni otros que no engorden, ni por tanto dietas milagrosas. Se trata de comer lo que consumimos energéticamente, ni más, ni menos. Esta energía proviene de la grasa, hidratos de carbono, proteínas y alcohol, y cuando la cantidad ingerida de componentes alimentarios proporciona más energía de la necesaria, el exceso se acumula en el organismo en forma de grasa. Si pretendemos perder peso, es decir, reutilizar esa grasa, esa energía almacenada que nos provoca el sobrepeso, debemos de tener una dieta hipocalórica, es decir, debemos ingerir menos calorías de las que consumimos para obligar a nuestro metabolismo a «echar mano» de las reservas grasas acumuladas y obtener la energía necesaria para las distintas actividades de nuestro cuerpo. Sobrepeso no es obesidad Así pues, es necesario aclarar que la obesidad es exceso de grasa y no sobrepeso. Muchas personas sedentarias tienen exceso de grasa sin tener sobrepeso, mientras que el caso contrario, sobrepeso sin exceso de tejido graso se da comúnmente entre personas que desarrollan trabajos físicos pesados, deportistas, etc. Así pues, cuando se lleva a cabo un tratamiento de adelgazamiento éste debe conseguir que el cuerpo pierda grasa y nunca otros componentes vitales como son el agua y las propias proteínas corporales, hecho éste habitual en las dietas drásticas (2-3 Kgr.) durante pocos días de duración (7-10) que lo que consiguen, casi exclusivamente, son pérdidas de agua corporal. Es necesario considerar, además, que hay una diferencia fundamental a nivel de composición corporal entre el hombre y la mujer, ya que ésta posee mayor cantidad de grasa que el hombre, pudiendo oscilar para la primera entre un 25-28%, mientras que el hombre varía de un 12 a un 15%. El hombre, por el contrario, tiene mayor cantidad de proteínas y agua, principalmente porque posee mayor proporción de masa muscular.