Las autoridades no han retirado en once meses un coche abandonado

Una furgoneta de la marca Citroën C-15, de color blanco, recibe desde hace once meses a los vecinos y curiosos que se acercan al pueblo de Remolina, una pequeña localidad enclavada en la montaña leonesa que pertenece al Ayuntamiento de Crémenes. Las autoridades de la zona ya han sido informadas del estado de abandono del vehículo sin que hasta la fecha hayan tomado cartas en el asunto. Esa actitud ha sido criticada por los residentes. A juicio de uno de ellos, Miguel Ángel Álvarez, el hecho de que no se recojan este tipo de basuras demuestra «el olvido que sufrimos los cada día más despoblados pueblos de la montaña, donde nada parece haber evolucionado y donde cualquier intento por relanzar esta maravillosa zona siempre cae en saco roto». También lamenta que los esfuerzos vecinales para que se retire la furgoneta no hayan fructificado, «a pesar de pagar religiosamente una bonita cantidad de dinero con puntualidad inglesa». Hace unas semanas la Mancomunidad de Riaño retiró un vertedero ilegal en Remolina tras hacerse público el estado de insalubridad. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil reconoce que los vehículos abandonados constituyen un problema de difícil solución en la provincia, ya que la legislación sólo contempla que esos vertidos generen una infracción administrativa y muchos ayuntamientos hacen caso omiso. En los listados del Seprona figuran más de un centenar de coches que 'adornan' el paisaje leonés, algunos desde hace 15 años.