| Las calles | Antonio Palau |
Pedagogo, escritor, pintor y escultor
La banda sonora de la ciudad, tan apasionante y rica en matices, nos lleva hoy hasta la calle rotulada con el nombre de Antonio Palau, en homenaje al polifacético artista y pedagogo natural de La Bañeza. El primer signo de identidad en su trazado se encuentra justo al inicio, en la confluencia con la calle Labradores. Porque allí se ubica la Casa-Cuartel de la Guardia Civil, un icono de orden y seriedad desde su lejana fundación, allá en el siglo XIX, por el duque de Ahumada. El caserío de su no demasiado extenso trayecto está conformado por viviendas de distinto tamaño y antigüedad, entre las que permanece incrustado algún vetusto almacén cuyos afanes comerciales quedaron olvidados tiempo atrás. Mayor impresión de alegría y vida procura, naturalmente, el Colegio Público de San José de Calasanz, referencia educativa para toda esta barriada. Y poniendo magnífico colofón urbano a la calle, en la última esquina con María de Zapata, se erige un monumental edificio de apariencia impecable. Digno broche estético para una vía que recuerda, precisamente, a todo un artista. Un gran cambio y a mejor, según nuestra opinión, pues la calle llevaba antaño la denominación de 18 de Julio, tan llena de resonancias bélicas y ecos de enfrentamientos fratricidas. Hasta que el pleno de Excelentísimo Ayuntamiento de La Bañeza, en la sesión ordinaria del 21 de diciembre del año 2000, decidió imponer a nuestra arteria el nombre de Antonio Palau Fernández, debido a la especial relación de amor y cariño que siempre mostró hacia las tierras bañezanas. A su tierra, podemos decir con toda justicia, ya que nació en La Bañeza el 30 de abril de 1914. En la introducción mencionábamos la heterogénea personalidad de don Antonio, y nos es para menos pues fue, entre otras cosas, maestro nacional, doctor en Derecho, escritor, pedagogo, pintor y escultor. El año 1950 publicaba su estudio artístico «Espíritu y técnica del color y la forma», mientras que en 1951 aparecía una «Guía Monumental y del Turismo de Asturias». El nombre de Palau comenzaría a sonar a nivel nacional en 1954, debido a la campaña contra el analfabetismo en España puesta en marcha por el Ministerio de Educación. Este ilustre bañezano ideó un ingenioso método fotosilábico de técnicas rápidas para enseñar tanto lectura como escritura, siendo aceptado según la orden del 27 de septiembre de 1954. A partir de entonces, tras solicitar la excedencia en su puesto de trabajo, viajaría por las escuelas de todo el territorio español, aleccionando al profesorado sobre la correcta utilización de su método. Un sistema, por cierto, que se tradujo otros idiomas y fue empleado en Portugal, Alemania, Francia e Italia. Cruz de Alfonso X Las múltiples inquietudes personales de don Antonio Palau le llevaron a convertirse en un pintor y escultor de enorme prestigio, como prueban los premios y reconocimientos cosechados a lo largo de su carrera. Así, siguiendo como casi siempre las documentadas investigaciones de don Conrado Blanco, sabemos que obtuvo la medalla de bronce en la categoría de escultura, dentro del 44 Salón de Otoño en Madrid. Y la primera medalla en el Certamen Nacional de Escultura, con su obra «El Paso». Sus trabajos están recogidos en varias instituciones públicas y privadas, especialmente en la zona de Asturias. Aquí en La Bañeza, es célebre y muy venerada la imagen de Jesús prendido, conocida popularmente como el Cristo de Palau, que forma parte del patrimonio imaginero de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. En atención a los muchos méritos contraídos por este maestro del esfuerzo y la creatividad, el rey don Juan Carlos concedió a nuestro protagonista, en diciembre de 1992, la Cruz de Alfonso X el Sabio. Prestigioso galardón que le fue entregado el 4 de marzo de 1995 por el entonces ministro de Educación y ciencia, don Gustavo Suárez Pertierra, en un acto celebrado en el Centro Asturiano de Madrid, con motivo de la inauguración de una exposición a beneficio de «Mensajeros por la Paz» que recogía buena parte de su obra en óleo y escultura. Don Antonio Palau Fernández falleció en Oviedo el 23 de junio del 2001, cuando contaba 87 años de edad. Pero su memoria, la de un hombre humanitario y cordial, dotado además de un espléndido talento artístico, aún sigue muy viva entre el pueblo de La Bañeza, orgulloso del que fuera un hijo ejemplar de la villa.