La Salga potenciará el albergue de la braña de Rabanal de Arriba

La asociación cultural y recreativa La Salga intenta potenciar el turismo rural en su zona de influencia, (Rabanal de Abajo, Rabanal de Arriba y Llamas) manteniendo en actividad el albergue de montaña que los integrantes de esta sociedad construyeron de forma altruista hace nueve años en la braña de Rabanal de Arriba, con un presupuesto aproximado de 5 millones de pesetas (30.000 euros). La falta de interesados en alquilar el inmueble para esta temporada animó a uno de los integrantes de La Salga a tomar las riendas del establecimiento, y abrir sus puertas para disfrute de caminantes, brañeiros o turistas que deseen desconectarse del mundanal ruido por unos días o unas horas, para disfrutar de la tranquilidad de este rincón de la montaña lacianiega, que aspira a ser catalogada Reserva de la Biosfera. Entre tanto, los responsables de la asociación estudian la posibilidad de construir una piscina para los socios, con el fin de estimular a las nuevas generaciones para que se asocien a La Salga y garanticen la continuidad de una iniciativa que además de la organización de actividades culturales, pretende fomentar las buenas relaciones entre los vecinos. Entorno privilegiado La encargada de atender el albergue de esta asociación, Elvira Martínez, afirma que además de los turistas ocasionales y los clientes que se acercan a la zona para echar un trago, tomar un refrigerio o simplemente charlar un rato, no es extraño que por las inmediaciones se puedan observar diversos ejemplares de la fauna que puebla los bosques del entorno. Ella y su marido decidieron hacerse cargo del establecimiento ante la falta de ofertas para alquilar el inmueble, y con el objetivo de no dejar el edificio cerrado durante esta temporada, «pero ahora estamos aquí encantados de la vida, y aunque los primeros días fueron un poco estresantes, la tranquilidad que se disfruta aquí no tiene precio, y el trato con la gente es muy enriquecedor». Desde el pasado mes de abril apenas bajan a su vivienda de Villablino, y están convencidos de que su aislamiento voluntario se recompensa holgadamente con el placer de vivir en permanente contacto con la naturaleza. El inmueble está situado a 1.400 metros de altitud, a unos dos kilómetros de distancia del pueblo mas cercano, y comunicado con la civilización por una pista solo apta para vehículos todo-terreno. Dispone de seis habitaciones además de dos duchas con agua caliente, cocina, salón comedor, y otros servicios complementarios para facilitar la comodidad y el descanso del montañero que se anime a refugiarse en este albergue. La energía eléctrica se consigue mediante placas solares, y en las inmediaciones hay dos zonas de acampada con capacidad para 16 tiendas de campaña, al objeto de aumentar las plazas, para aquellos viajeros que deseen pernoctar en una de las brañas de la comarca que aún permanece en actividad, con las típicas cabanas, o construccione propias de las brañas en buen estado.