Diario de León

No tiene permisos de actividad o de Industria ni figura en ningún registro, dice el arrendatario

El cámping no puede abrirse porque carece de todo tipo de licencias

Narsil amenaza con emprender acciones legales por daños si el Ayuntamiento no soluciona el problema

Vista de parte de las instalaciones del camping El Guadeño de Villablino, que permanece cerrado

Vista de parte de las instalaciones del camping El Guadeño de Villablino, que permanece cerrado

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José Luis Vega - corresponsal | villablino
León

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El portavoz de la empresa Narsil, Antonio Arias Tronco, al que el Ayuntamiento de Villablino adjudicó el pasado año las instalaciones del cámping municipal El Guadeño mediante un régimen de alquiler y por un periodo de cinco años, afirma que no puede abrir al público estas instalaciones porque se encuentran en situación ilegal. El actual responsable del cámping asegura que las instalaciones no tienen licencia de actividad, carecen del correspondiente proyecto de Industria y no figuran en el listado de ningún organismo público, advirtiendo que con este panorama no puede abrir al público el complejo turístico, porque la responsabilidad en caso de posibles sanciones, o que alguno de sus clientes tuviera un accidente, recaería sobre su sociedad. Antonio Arias afirma que «nos sentimos estafados, engañados y utilizados por el Ayuntamiento», acusando además a los responsables municipales de «intentar derivar su responsabilidad hacia nuestra empresa, con declaraciones de prensa que están perjudicando gravemente a Narsil, que se dedica fundamentalmente a la hostelería». Ahora, espera que los nuevos responsables del Ayuntamiento se pongan en contacto con él para buscar una solución al problema, y en caso contrario está dispuesto a llevar al consistorio lacianiego a los tribunales para que le indemnicen por los trastornos y el dinero que según afirma ha perdido durante todo este tiempo. El portavoz de Narsil asegura que el Ayuntamiento aprobó en mayo del pasado año una licencia de actividad en precario para la apertura de las instalaciones, pero según asegura, esto no se puede hacer sin estar legalizado el cámping. Sobre este tema afirma que los anteriores responsables municipales le invitaron a que abriera las instalaciones bajo la promesa de que el Ayuntamiento «se haría responsable de lo que ocurriera, pero el responsable es quien realiza la actividad». Además advirtió que el pasado mes de febrero se anuló el suministro eléctrico de las instalaciones provocando la paralización de las bombas de la calefacción y reventando las tuberías, lo que originó numerosos desperfectos en el edificio de servicios múltiples. El arrendatario de este complejo turístico también señaló que ha tenido conocimiento de que el Ayuntamiento ha solicitado la licencia de actividad el pasado mes de febrero, pero asegura que ningún responsable municipal se ha puesto en contacto con él para buscar una salida a esta situación o informarle de los trámites de legalización. Por todos estos motivos, Arias Tronco asegura que si no se busca una solución inmediata a este problema iniciaría acciones judiciales para reclamar los trastornos que le ha causado esta situación, y reclamar la indemnización correspondiente. La anterior Corporación municipal de Villablino había intentado vender el cámping mediante una subasta por 470.000 euros, pero al no haber ninguna oferta se vieron obligados a recurrir a la formula de adjudicación por arrendamiento, que era la que se venía utilizando desde su inauguración hace 11 años. De las cinco empresas que se habían interesado, el Ayuntamiento se la concedió a Narsil.

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