Cerrar

| Visto y oído |

Unos se jubilan y otros currando...

Una cosechadora en una finca de color pajizo en Tierra de Campos

Publicado por
Jesús Mari García / Acacio Díaz - leon@diariodeleon.com
León

Creado:

Actualizado:

Cualquier fecha del año es buena para hacer homenajes, pero llega el verano y lo mejor es hacerlo bajo el aire acondicionado. La sección informa hoy de otro homenaje: a Arturo Fernández, el jefe del Taller de Fontanería de la Diputación y responsable de San Cayetano, que se jubila junto a una veintena de compañeros de la entidad provincial. Por otra parte, otros trabajan en Tierra de Campos. Adiós a 38 años entre tuberías... La Diputación Provincial de León homenajeó el pasado día 20 a una veintena de trabajadores y a algún que otro político que también pasa a la mejor vida del retiro. Entre ellos se encontraba el jefe del Taller de Fontanería y responsable de las instalaciones de la Ciudad Residencial Infantil San Cayetano, Leonardo Arturo Fernández Zapico, que comenzó a trabajar en la entidad provincial en el año 1965 como maestro de fontanería en el hospicio y más tarde se encargó de arreglar todas las fugas que ocurrían. A tal punto llegaba su dedicación y responsabilidad respecto al trabajo que incluso una nochebuena tuvo que levantarse a las once de la noche para ir a arreglar una fuga de agua de tales dimensiones que se pasó media noche con el agua hasta la cintura. En la Diputación todos conocían a Arturo y muchos le echarán de menos. Hombre llano y humilde como es, agradeció a todos sus compañeros que se jubilaban el esfuerzo realizado durante la vida de trabajadores. Ahora tendrá más tiempo para su mujer Juani Carbajo y para contar historias de cuando trabajaba a sus hijos Arturo y Felipe, y para pedirles ayuda para poner mejor la casa que compró esperando para su jubilación. Eso sí, jubilado y todo no para quieto. Y si no, que le echen un vistazo a su huerto, que demuestra cada día que pasa que la vitalidad no se pierde con la edad. ...y hola a las cosechadoras Los que no pueden parar son los agricultores, pese al respiro de las lluvias de estos días, porque el campo no perdona. Si a primeros del mes de junio el calor apretaba tanto que amenazaba asurar la cosecha -marchitarla por el calor como si se cociese-, estos días de lluvia complican la recolección del cereal porque las máquinas se podrían atorar en las tierras. Así que durante estos días se pueden ver cómo transitan por las carreteras comarcales las pesadas y voluminosas cosechadoras de finca a finca para que los agricultores puedan recoger los beneficios de todo el año. La bella fotografía que ilustra la información, con esos maravillosos colores dorados de Tierra de Campos predominando sobre todo se tomó en la cuenca del Cea, tierra de trabajadores.