Y va y lo celebra...

Tiempo para todo. El mes de julio invita a las vacaciones y a la envidia de los que no las tenemos, pero muy poco al trabajo. Apetece pasear, el ocio, las terrazas... aunque estas últimas no permiten estos días gran disfrute: tras los calores de junio, el tiempo no acompaña demasiado. Aunque para celebrar vale cualquier sitio y cualquier hora, como en el caso de una compañera que ayer celebró 30 años en la empresa. Todo un ejemplo. Experiencia entre juventud Camino Gallego Provecho, la redactora jefe de Cierre de Diario de León cumplió ayer 30 años como profesional en esta empresa. Lleva tres décadas dedicada, con una vocación y una ilusión envidiada por sus compañeros, a informar desde estas páginas de lo que ocurre en la provincia a todos los leoneses. Empezó aquí nada más salir de la facultad y ha pasado por casi todas las tareas informativas que existen en Diario de León. Con su carácter afable, su compañerismo y su buen hacer se ha ganado el respeto de todos sus compañeros. Muestra de ello es que ayer ella misma llegó a la redacción con botellas de champán y unos canapés con los que celebrar sus 30 años en la empresa. Todo un detalle, que sobretodo soprendió al grupo de becarios que estos días se incorporan al periódico para hacer sus primeros pinitos como periodistas durante el verano: experiencia frente a juventud. Aunque entre el resto de compañeros, los que compartimos el resto del año con ella -y rezongamos cuando nos devuelve desde el cierre alguna página porque hay errores- no faltaron las bromas, como la referente al tiempo y a que no se canse de su profesión: «Y va y lo celebra...», espetó. Ella, con salida para todo, añadió rápidamente que no sólo lo celebra sino que aunque tuviera la oportunidad de prejubilarse no lo hará: promete no darnos cuartel hasta los 65. Felicidades Camino. Imagen estival insólita ¿Medio llenas o medio vacías? Ni una ni otra. Vacías. Muy difícil es encontrar durante estos días una mesa ocupada en las terrazas leonesas. Sólo hará falta que lleguen las calurosas temperaturas y un solazo agradable para que la gente busque desesperadamente una mesa vacía en la que poder sentarse y refrescarse. Pero sin duda estos días podemos contemplar un paisaje muy diferente al que normalmente suelen presentar las calles de León en la época estival. Y aunque los veraneantes estén rezando porque los rayos de sol empiecen a calentar más fuerte, más suplican aún los hosteleros, que miran al cielo con el ceño fruncido porque su caja no se llena en estos días de julio. Les pediremos paciencia y buena suerte para que «hagan el agosto», aunque tengan que aguantar algún chaparrón.