El mundo restaura el valle

Un grupo de 26 jóvenes participa desde el pasado día 15 en un campo de trabajo de carácter internacional que tiene como finalidad la restauración de la lechería comunal de Sosas de Laciana y otros edificios lacianiegos de gran valor etnográfico, como molinos y lavaderos. La iniciativa, que se desarrolla en la comarca por quinto año consecutivo, está organizada por el Ayuntamiento de Villablino y financiada por la Junta de Castilla y León. La mayoría de los participantes son universitarios, con edades comprendidas entre los 18 y 26 años, y proceden de Francia, Alemania, Dinamarca, Italia, Japón y las comunidades de Castilla y León, Murcia, Asturias y Andalucía. Casi en su totalidad han elegido este campo de trabajo lacianiego por la variedad de actividades multiaventura que ofrece, la posibilidad de conocer el entorno natural del valle y convivir durante dos semanas con jóvenes de distintos países, además de aprender el idioma. Algunos de ellos tienen conocimientos básicos del español y otros lo dominan a la perfección, como es el caso de los franceses y de Verónica, una voluntaria de Venecia, Italia, que optó por inscribirse en este campo tras la experiencia tan positiva que tuvo el pasado año participando en un proyecto de estas características en Toledo. Otra de estas voluntarias es Natsuko, una joven japonesa que llegó a Villablino desde Sapporo, la ciudad de Japón donde reside. Natsuko eligió este campo de trabajo porque era el único que figuraba en el listado de campos internacionales españoles, le encanta Gaudí y quería conocer España. De la comarca de Laciana le llama la atención el estilo de la construcción de las casas, por su antigüedad. Edificios emblemáticos El principal trabajo que están llevando a cabo este grupo de voluntarios es la rehabilitación y mantenimiento de las obras ejecutadas en otras ediciones del campo de trabajo, como los lavaderos de Robles de Laciana y Villager, el molino de San Miguel y una lechería ubicada en la localidad de Sosas de Laciana, que funciona con agua y abandonó su actividad en los años 50. Así mismo, pretenden restaurar elementos etnográficos lacianiegos y utensilios de labranza, y acondicionar los alrededores de La Casona, uno de los mejores ejemplos de casa típica lacianiega en forma de U que acogerá los días 2 y 3 de agosto la segunda edición del mercado tsacianiego tradicional, organizado por la Asociación de Tiempo Libre Trasgus. Lo más llamativo de esta curiosa experiencia, es que los voluntarios pagan una inscripción por trabajar cinco horas diarias de lunes a viernes, además de realizar otras múltiples actividades de ocio, aunque a cambio intercambian experiencias con otros jóvenes, aprenden idiomas y pasan unas vacaciones diferentes. Para realizar estas tareas del campo de trabajo Laciana 2003, cada participante ha tenido que abonar una cuota de inscripción, que incluye pensión completa, actividades y alojamiento en la casona de La Cortina de San Miguel de Laciana, una elegante construcción de principios de siglo propiedad del Obispado de León. Actividades Junto al trabajo específico del campo, los voluntarios pueden disfrutar de un amplio abanico de actividades culturales y multiaventura encaminadas a conocer el patrimonio cultural lacianiego y el entorno natural, como visitas a diversos monumentos de Laciana, talleres de repostería y cocina tradicional, escalada, espeleología, piragüismo, senderismo, bicicleta de montaña y otras actividades deportivas similares. El primer grupo de este campo de trabajo permanecerá en Villablino hasta el día 30 de julio, para dar paso a un segundo grupo de 31 voluntarios esta vez de diferentes puntos de la geografía española, que llegará al campamento el día 1 del próximo mes y estará en el valle de Laciana hasta el día 15 de agosto.