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Mitos e historia de la comarca El presidente de la Diputación inaugura la Feria Nacional de Artesanía

La sombra que ofrecen los árboles de esta plaza invita a un descanso durante estos días de calor

Publicado por
Javier Tomé - la bañeza la bañeza
León

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Como si la ciudad se tomase un descanso de lo abigarrado y nutrido del epicentro histórico, aparece en el entramado urbano esta placita que lleva en su rótulo el recuerdo a nuestro propio y querido terruño. A modo de verde y coqueto respiro, el enclave ofrece un atractivo muestrario de bancadas, farolas, fuentes, juegos infantiles y árboles, todo ello dispuesto para el esparcimiento de los más pequeños y también de los jubilados que aquí se dan cita. Este apacible remanso de paz en medio del cada vez más agobiante panorama de peatones y vehículos que toman al asalto otras zonas de La Bañeza, cuenta con un perímetro al que desembocan las calles Progreso, José Luis Baeza, Cervantes, Olleros y Luis Nistal, amparadas en el aspecto espiritual por la omnipresente iglesia del Salvador. En cuanto a sus viviendas, los edificios son de dos y tres plantas y muestran una total consonancia estética con un rincón donde la ciudad nos abre su intimidad y se regala a sí misma. Nominada hasta las Navidades de 2000 como plaza Calvo Sotelo, en recuerdo del político derechista asesinado en vísperas de la Guerra Civil, a partir de aquella fecha y con el propósito de suprimir en el callejero todas las referencias al régimen franquista, adoptaría la denominación de plaza de las Tierras Bañezanas, a modo de glosa para una de las comarcas más nobles y laboriosas de la provincia leonesa. Sin pretender realizar un trabajo exhaustivo de reconstrucción del pasado, nadie pone en duda que La Bañeza es un cruce de culturas, de estilos artísticos y de destinos históricos. Aunque su origen se pierde en la noche de los tiempos, sabemos que la mítica Vía de la Plata romana cruzaba por estos parajes, cuya primera referencia escrita se remonta al 29 de abril del año 932. En dicha fecha aparece el nombre de «Vanieza» en cierto documento donde el matrimonio formado por Abamor Eximiz y su esposa Cendina, entregan al obispo San Genadio, de Astorga, un monasterio que han construido a su costa. Puesto bajo la advocación de San Salvador, su destino sería el de servir de hospedaje a peregrinos, viudas, huérfanos y lacios que pretendieran servir a Dios. Muchos fueron los señores que, a lo largo de los siglos, gobernaron estas tierras. En la heráldica del recuerdo surgen apellidos nobiliarios como Rodrigo Fernández de Valduerna, la Casa Benavides y los Bazanes. Y también monarcas como Alfonso VII que ordenó amurallar La Bañeza, o Alfonso VIII, quien otorgó a la ciudad el título de «Muy Leal» tras la batalla de las Navas de Tolosa. Mercados y carnavales En La Bañeza estuvo ubicado, varios siglos atrás, el Archivo del Adelantamiento del Reino de León, mientras que durante muchísimo tiempo el mercado se consideró entre los más importantes del norte de España. El propio Pascual Madoz, a mediados del siglo XIX, afirma con respecto a nuestro mercado: «Se celebra el sábado de cada mes, es el más concurrido de Castilla». A modo de recompensa por todos estos méritos, y muchos más que naturalmente han quedado en el tintero, la reina María Cristina quiso dar prueba de su real aprecio a la villa de La Bañeza, por el aumento de su población y progreso de la agricultura y comercio. Así que con fecha de 3 de enero de 1895 firmó el siguiente decreto: «En nombre de su Augusto hijo el Rey Don Alfonso XIII y como Reina Regente del Reino, concede a la villa de La Bañeza el título de Ciudad». Además del sobresaliente patrimonio histórico que salpica la comarca, el nombre de La Bañeza llega a los medios de comunicación nacionales con las celebraciones anuales de los prestigiosos y festivos carnavales. Y aún tenemos la gastronomía y la repostería como signos de distinción de nuestra bien surtida despensa. En fin, las tierras bañezanas conjugan con maestría pasado y presenta, después de lograr ponerse un vestido urbano nuevo sin perder un ápice de su riqueza histórica. Una comarca descrita con cariño y toda justicia en la tradicional y sentida coplilla: Las vegas: su cinturón / Y ríos en todo el cuerpo; / El trabajo es su blasón. / Y fecundan la región: / El Órbigo, Duerna y Tuerto. Javier García Prieto, presidente de la Diputación provincial, inaugura a las 13.00 horas la V Feria Nacional de Alfarería, junto al alcalde de La Bañeza, José Miguel Palazuelo. El acto tendrá lugar en la calle de Manuel Diz -junto al Ayuntamiento- y se incluye dentro del programa festivo de la ciudad. Son diecisiete los alfareros que acuden a la muestra, que celebra su quinta edición desde que la acogió la Federación Interregional de Alfareros de España y la decimoséptima desde que la iniciativa vio la luz por primera vez. Miguel Ángel González García, organizador de la muestra, explicó ayer que Galicia es la comunidad invitada a La Bañeza este año -el pasado lo fue Baleares- por la catástrofe del Prestige y destacó la presencia, por primera vez, de una alfarería de cada una de estas localidades: Albox (Almería), Sant Feliú de Gixols (Girona), Alba de Tormes (Salamanca) y Úbeda (Jaén). Los artesanos gallegos son tres y proceden de Vigo y Gundibós (Lugo). Francisco Robles, presidente de la federación nacional alfarera, estará presente en esta feria, así como otros miembros de la junta directiva de este organismo. Las demostraciones Los alfafereros realizarán demostraciones al torno todos los días de feria, a las 13.00 y 20.00 horas y dedicarán la jornada del sábado a los niños, que podrán modelar sus piezas y llevárselas a casa, una vez cocidas en un taller. Ese mismo día, el Ayuntamiento de La Bañeza ofrece una comida a los participantes en la feria. Para González, esta será «una de las mejores ediciones en cuanto a los distintos tipos de alfarería que se muestran, los nuevos expositores y el número total de los mismos ya que lo ideal es que no sobrepasemos el espacio actual».