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OPINIÓN

Premio Mujeres de Plata en Veguellina

Publicado por
MANUELA BODAS PUENTE
León

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EL ESCAÑIL de mi portal/ hoy solitario aún recuerda/ el olor de tu vestido ... Son los tres primeros versos del último poema que he leído de Lucia Rubio Rubio, una magnífica poeta veguellinense, que ha recibido recientemente en el Palacio de Congresos Conde Ansúrez de Valladolid, el segundo premio «Mujeres de Plata 2002», en el apartado de relatos. Este premio que tiene un valor metálico de trescientos euros, además se verá editado próximamente con los demás premios galardonados en tan destacado concurso. A las manos de Lucia Rubio Rubio, vinieron a parar las bases de un concurso de relatos y en esta ocasión como en tantas otras, colaboró con su obra y consiguió un importantísimo galardón para aumentar los ya conseguidos en su currículum personal. Para Lucía ha supuesto una gran alegría, como no, pero lo que ha ella le mueve es la necesidad escribir. La obra ganadora del segundo premio de relatos «Mujeres de Plata 2002» se titula «Otoño Sereno», y es un hermoso relato donde la autora busca el lado bueno de una edad que plantea volver la vista atrás sin añorar lo que se va perdiendo en el camino. Así de una forma sencilla y clara Lucía apoya este relato en la sabiduría con la que la madurez nos va vistiendo en el tiempo si sabemos valorar nuestra propia estancia en esta dimensión que no solo es física ni puramente terrenal. Lucia Rubio Rubio, conocida escritora local y comarcal, que cuenta en su haber premios tanto en relato como en poesía, recibidos en varias localidades de la provincia, entre las cuales se encuentra Veguellina de Órbigo y Astorga entre otras, es una mujer de gran sensibilidad que necesita traspasar la frontera del pensamiento a la inmaculada textura de las hojas para desgranar frases y sentimientos. Aunque escribe relatos y cuentos, ella se siente mas poeta que escritora. Cuenta con una extensa obra que denota su verdadera alma de poeta. Lucía es completamente autodidacta, porque el ser madre de cuatro hijos y el tener que trabajar en las tierras, no le ha restado tiempo ni ganas para dejarnos un bonito legado de sus pensamientos y de sus inquietudes interiores convertidos en versos. Vaya para Lucía esta enhorabuena y el deseo de que a esa paloma de dedos llenos de tinta en sus venas, le siga dictando hermosos versos su alma de poeta hasta el final.