La primera censura tras las eleccionescoge por sorpresa al PSOE y al PP

La moción de censura presentada en el Ayuntamiento de Reyero el pasado 28 de mayo por dos concejales del PP y uno del PSOE que ha abandonado la disciplina de grupo ha cogido totalmente por sorpresa a las direcciones provinciales de ambos partidos políticos. Sus máximos responsables apenas tenían conocimiento ayer de los pormenores, a pesar de que, de no retirar uno de los tres firmantes su rúbrica antes de las doce del mediodía del martes el cambio de alcalde parece inevitable. El secretario provincial del PSOE, Miguel Martínez, mostró ayer su sorpresa por la censura. Desconocía su motivación y hacía hincapié en que sólo van tres meses desde las elecciones municipales del 25 de mayo y mes y medio desde la toma de posesión en un ayuntamiento en el que habían ganado al PP tras 29 años por tres a dos. La secretaria de Política Municipal de la ejecutiva socialista, Natalia Rodríguez Picallo, avanzaba que mañana mismo miembros de la dirección del partido se desplazarán a Reyero para tratar de hablar con sus hasta ahora tres concejales. La intención es mantener la disciplina de grupo y volver las aguas a su cauce, además de conocer con mayor profundidad las motivaciones. Se da la circunstancia además que es el concejal que salió elegido bajo las listas del PSOE que rompe con sus dos compañeros quien será alcalde con el apoyo de los dos populares; quienes a su vez apoyaron a otro socialista, el segundo más votado, para que fuera regidor en lugar del más votado: el que si nada lo remedia ocupará el despacho de Alcaldía desde el martes. Picallo manifestaba que no es comprensible que alguien que ha participado en la elaboración de un programa político y por el que ha apostado rompa ahora, presuntamente, con él, «pactando con el PP y rompiendo la disciplina de voto; algo que si acaba haciendo significará su expulsión inmediata del partido», añade. La responsable socialista cree que tras los problemas en la Asamblea de Madrid es comprensible que haya pintadas -en referencia a la de «Tamayo, traidor» que figura en la fachada de la casa del tránsfuga de Reyero-, por la especial sensibilidad del momento, algo, que con las mociones y los vaivenes políticos «genera desconfianza cada vez mayor en los políticos» por parte de la ciudadanía: «No se pueden usar unas siglas para presentarse y luego abandonarlas». Picallo concluye también haciendo un llamamiento al PP y recordando que hace tres años ambos partidos firmaron un pacto antitransfuguismo, por el que se comprometían a no cambiar el color político de un ayuntamiento gracias a alguien que se fuga de la disciplina de otro partido. Por su parte, el presidente provincial del PP, José María López Benito, compartía ayer la sorpresa por la temprana moción de censura y confesó que está a la espera de hablar con sus dos concejales para conocer en profundidad las motivaciones. No obstante el líder popular quiso dejar claro que sólo apoyarán la censura si hay alarma social verdaderamente. Recordó que hay un pacto antitransfugismo entre ambos partidos que pretenden respetar -aunque recordó que el PSOE gobierna en La Bañeza con lo que ellos consideran uno-. La dirección popular no tomará una decisión de apoyo o petición de retirada de la moción hasta escuchar mañana en persona a los dos ediles de Reyero y conocer si hay alarma social, que es lo que alegan los firmantes para promover el cambio de gobierno, como consecuencia de la construcción de una traída de agua nueva para Reyero que parte de los concejales y la población quieren llevar también hasta Pallide y que ha ocasionado algún enfrentamiento verbal. «No soy partidario de mociones de censura precipitadas y son menos lógicas a tres meses sólo de haber tenido elecciones», manifestó. No obstante, a renglón seguido precisó que en lugares con listas abiertas, como en Reyero, donde se vota a la persona más que al partido, es complicado pedir disciplina; y recordó que el que se propone como alcalde es el concejal que más votos individuales obtuvo.