Grandoso
La ermita de la Encarnación abre sus puertas tras una rehabilitación de dos años, auspiciada por los vecinos
La ermita de la Encarnación situada en el pueblo montañés de Grandoso ha sido restaurada por los habitantes de esta villa de Boñar. Dos años de duro trabajo en los que la voluntad de los lugareños ha podido obrar la reforma. La iglesia, una construcción del siglo XIII, contaba con importantes desperfectos en el interior y el exterior, fruto del paso del tiempo. La iniciativa surgió en una reunión informal de un grupo de habitantes de este pequeño pueblo en la que se decidió la rehabilitación del monumento. Del encuentro surgió una comisión encargada de todos los trámites necesarios para llevar a cabo el proyecto e iniciar las reformas oportunas. El Instituto Nacional de Cultura otorgó 10.800 euros para rehabilitar el exterior de la ermita de Grandoso. El interior de la construcción sufría enormes desperfectos, así que fue necesario recurrir a la voluntad de todos los habitantes de la villa, que se pusieron manos a la obra para reconstruir la ermita de la Encarnación. Recuperar el pasado Antonio Alonso, Tino, Alfonso, Toñi, Paulina, Miguel Ángel y Ángel Alonso fueron algunos de los lugareños artífices de la rehabilitación. Desde los accesos a la ermita hasta la reparación del sagrario y del atril, todo ha sido reformado respetando las líneas y materiales con los que se construyó. La rehabilitación de la ermita permitirá que los habitantes de esta pequeña villa cercana a Boñar, puedan venerar a su patrona en las tradicionales fiestas del mes de agosto; fecha en la que se celebra una romería en la que los lugareños procesionan a su patrona, la Virgen de la Encarnación.