Los fondos europeos ayudarán a recuperar los elementos de la arquitectura tradicional de la zona
Comienzan cincuenta pequeñas obras subvencionadas por el Proder
La asociación Cuatro Valles gestiona los fondos, que permiten financiar hasta el 50% del importe
Medio centenar de beneficiarios de ayudas del Proder para contribuir a la recuperación de cubiertas o fachadas y elementos relacionados con la arquitectura tradicional han iniciado ya las obras subvencionadas con los fondos europeos. Deben finalizar los trabajos antes del plazo máximo fijado para fin de año, para recibir las ayudas económicas comprometidas. La gestión de estas subvenciones fue realizada por la asociación Cuatro Valles, que a través de sus oficinas se ha encargado de realizar las tramitaciones correspondientes, además de informar a los posibles interesados en beneficiarse con este programa. El importe máximo de cada subvención es de 4.500 euros, y dependiendo de cada caso se aprobaron ayudas de hasta un 50% del importe global de la reforma para los particulares, y un 80% en el caso de entidades públicas. De las 42 solicitudes aprobadas, once se han destinado a la comarca de Omaña, seis a Babia, cinco a Laciana y solo una para el municipio de Palacios del Sil, mientras que el resto se han repartido por el territorio que abarca Cuatro Valles. Entre las construcciones más beneficiadas por este tipo de ayudas figuran las populares cabanas, o construcciones típicas de las brañas, aunque también se han sumado a este programa de subvenciones, diversas construcciones encuadradas en el apartado de patrimonio arquitectónico tradicional, como fuentes o ermitas de diferentes pueblos. Más de 100.000 euros El plan para la rehabilitación de arquitectura tradicional reparteun total de 100.000 euros este año, y su objetivo es subvencionar obras destinadas a la consolidación, reparación y reposición de los elementos integrantes de construcciones tradicionales, como edificios singulares de patrimonio civil, puentes, casas solariegas, palomares, molinos, lavaderos, fuentes y lecherías. Una segunda línea de ayudas se destinó a la recuperación de cubiertas y fachadas, cambiando tejados de uralita por pizarra o teja.