Tanto lugar histórico es imposible verlo en un día

Durante los días en que Sahagún celebra sus ferias anuales, se unen a la misma un conjunto de riquezas culturales que hacen de la Villa un punto de afluencia turística. Así, cuantos decidan acudir a la villa del Cea se encontraran con una riqueza patrimonial que por sí misma sirve para que los visitantes permanezcan entre sus gentes una o varias jornadas. La localidad, cuenta entre su patrimonio con numerosos monumentos de estilos de todos los tiempos a partir del siglo X, entre los que destaca de forma singular el mudéjar de la iglesia de San Tirso, donde se inicio la transición de la piedra al ladrillo. El románico mudéjar sahagunino es de gran valor turístico y una de las pocas joyas arquitectónicas conservadas al completo. Construida en el siglo XII, al igual que San Lorenzo y la iglesia de la Trinidad, hoy albergue de peregrinos y auditorio municipal. También son para destacar el santuario de la Virgen Peregrina, con ricas y valiosas yeserías moriscas y el santuario de la Virgen del Puente, de los siglos XII y XIII. San Benito, el segundo Cluny Pero Sahagún destaca por las ruinas del monasterio cluniaciense de San Benito, del que existen importantes restos. La villa sahagunina fue la segunda ciudad monacal más importante de toda Europa de la orden benedictina. Hoy en día se está a la espera de poder iniciar excavaciones arqueológicas que dejen al descubierto la grandeza del viejo monasterio benedictino. Sahagún está inscrita en el Patronato de Ciudades cluniacienses del siglo XII. También hay que destacar que rematando el viejo monasterio hay otros edificios de los siglos XVII, XVIII y XIX -época en que los vecinos de Sahagún lo asaltaron y lo quemaron hasta los cimientos en una revuelta- sobre el que se ha intervenido recientemente en la capilla de San Mancio. En Sahagún hay diferentes museos como el existente en el monasterio de las madres Benedictinas donde varias dependencias acogen dentro de su conjunto valiosas piezas: la custodia de Enrique de Arfe, capiteles, sepulcros, numerosas tallas en madera, un retablo de Churriguera y la Virgen Peregrina -patrona de la villa-, obra de Luisa Roldan, la Roldana llegada a la Villa merced a al capricho de un monje. Otro museo es el que custodia la imaginería de la Semana Santa abierto al publico en el anexo de la parroquia San Lorenzo, una muestra de la escuela castellana de muy alto valor y significado.