Diario de León

Memoria en miniatura

Luis Méndez, jubilado y carrero de profesión, posee una colección de cerca de 50 maquetas de antiguos oficios y aperos de labranza ya en desuso hechas por él mismo

La maqueta de la fragua fue la primera que Luis Méndez realizó

La maqueta de la fragua fue la primera que Luis Méndez realizó

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Armando Medina - corresponsal | santa maría
León

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Todo comenzó hace doce años cuando su nieta preguntó a Luis Méndez qué era eso de tirar del fuelle de la fragua. Y es que este jubililado de 72 años de Santa María del Páramo, carrero de profesión, trataba de explicarle a la pequeña que con 14 años empezó a trabajar en una fragua tirando del fuelle. En aquella ganaba tres pesetas al día. Por más que le decía la niña no entendía mucho y al abuelo no se le ocurrió otra cosa que hacer una pequeña maqueta. Construyó una fragua a escala con todos los detalles en la que no podía faltar él mismo tirando del citado fuelle. Ahora sí que a la nieta le quedó claro. Fue el comienzo de una serie de maquetas de ntiguos oficios y aperos de labranza ya en desuso que desde entonces Luius Méndez viene realizando de forma totalmente artesanal. En total posee una colección cercana a las cincuenta piezas. Todo tipo de carros, la noria, la trilla en la era, máquina de limpiar, de segar, arados, gradas y sembradoras, una bodega, y un largo etcétera de objetos que sorprenden por su verosimilitud con la realidad y por lo cuidados que están todos los detalles. Para los jóvenes Y es que como el propio Luis Méndez comenta, «lo que yo quiero es la gente que lo vea, sobre todo los jóvenes que no lo conocieron, se den cuenta exactamente de qué aperos se utilizaban entonces y cómo funcionaban». Por eso, la mayoría de sus maquetas son móbiles gracias a la incorporación de pequeños motores. Los materiales que utiliza son todos nobles. Madera de castaño, nogal o cerezo, cuero y, por supuesto, hierro. Hasta la fecha son pocas las ocasiones en las que la colección ha salido de su casa porque, según dice, en principio, «la hice para mi familia». Una colección que crece Luis Méndez se dedica a esta actividad de mayo a septiembre «porque en invierno hace mucho frío y mi salud no me lo permite». Por su cabeza ya pululan las ideas de los aperos que pretende realizar cuando llegue el buen tiempo. «Todo esto está dedicado a los niños, para que vean cómo se trabajaba aquí, en el Páramo hace cuarente, cincuenta o sesenta años», comenta Luis Méndez.

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