La crecida del río Órbigo deja a los bañezanos sin agua potable una vez más

Una vez más los bañezanos han tenido que recurrir obligatoriamente al agua mineral o a la de los manantiales de los alrededores de la ciudad ante el anuncio de que la que llega hasta sus casas no es apta para el consumo, debido a la materia en suspensión que contiene, según confirmó ayer el alcalde de La Bañeza, José Miguel Palazuelo. La advertencia de que no se consuma el agua de la red de abastecimiento se mantendrá hasta el medio día de hoy, cuando se conozcan los resultados de nuevos análisis realizados por la empresa adjudicataria del servicio, Aqualia. Según el alcalde, ya este fin de semana pasado se notaba cierta turbiedad en el agua del grifo, lo que «no suponía un peligro para la salud de las persona», aseguró Palazuelo. Cuanta más agua, peor La aparición de materia en suspensión se debe al incremento del caudal del río Órbigo, como consecuencia de las lluvias. Llega entonces un volumen excesivo de aguas a la estación depuradora, que satura los filtros. Desde que terminó el invierno pasado, no se había producido una situación como esta, si bien fue durante la pasada Navidad una de las peores épocas en lo que se refiere a la aparición de materia en suspensión. La ciudad permaneció sin poder consumir agua potable durante cinco días seguidos y, posteriormente, se dictaron distintos bandos advirtiendo de que no se consumiera el agua.