¡Desarrollo sostenible! (I)
NO SE PONEN de acuerdo los conservacionistas en si deben de llamarle sostenible o sustentable, aunque se está generalizando la primera ya que posee un cierto matiz abstracto, pareciendo la segunda como más física. Lo que sí está todo el mundo de acuerdo es en borrar el término desarrollo sostenido, utilizado en los comienzos. Sea como fuere, en lo que todos están totalmente de acuerdo, es que el desarrollo sostenible es el mayor desafío al que se enfrenta la Humanidad durante el recién nacido siglo XXI. Su definición podría ser aquella que en 1987 se formuló en el Informe Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo: «Es el desarrollo que satisface las necesidades actuales de las personas sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas». Podríamos escribir sobre el tema un libro, pero tan sólo tratamos de aclarar algunos conceptos que desde otros ámbitos parece ser que, o están poco claros o interesa que están lo más oscuros posible, para aprovechándose de ello, sembrar la discordia y tratar de hacer, de aquello que es lógico y natural algo incomprensible. ¿Que alguien me diga si lo que nuestros abuelos hicieron toda su vida en estos nuestros valles y montes no era desarrollo sostenible? Se hacia una corta de madera de nuestros bosques y posteriormente se repoblaba. Nuestros ríos regaban los pastizales y las aguas sobrantes retornaban al cauce para seguir su curso natural. Se cazaba, ya como deporte, pero con gran respeto. Por eso cuando desde las páginas del vocero oficial de la MSP, Rozadora, se escribe sobre la declaración de Laciana como Reserva de la Biosfera, y se dicen cosas como que desde el Ayuntamiento se obró con total oscurantismo en los trámites de tal declaración; que desde el mismo se utilizaron coartadas medioambientales para obstaculizar el desarrollo de la empresa; que a algunos particulares les han acometido repentinas fiebres ecologistas, no podemos más que soltar una carcajada. Cómo puede ser posible que acusen al Ayuntamiento que colaboró con MSP, bajo la promesa de nosecuántos millones de inversiones para Laciana (que por cierto siguen por allá), de obstaculizar sus proyectos, si solamente con que se lo hubieran propuesto habrían parado con la Ley en la mano, todos y cada uno de los cielos abiertos con que MSP tiene asolados nuestros montes. Cómo puede ser que hablen de irregularidades en la redacción del expediente enviado a la UNESCO, diciendo que en la zona de Muxivén no existen zonas oseras, siempre y cuando esas zonas oseras, informadas como tales por el otrora defensor del oso pardo, Guillermo Palomero, hoy no existe ni rastro del citado plantígrado, debido a que se le ha cortado el paso que antaño utilizaba entre Somiedo y Leitariegos, debido a las milyuna explotaciones a cielo abierto llevadas a cabo en la citada zona. Y más aún, cómo pueden hablar de que desde el Ayuntamiento se realizan informes falsos, siempre y cuando desde MSP se hacen, en sus solicitudes de ocupación de los montes de utilidad pública unos informes, en los cuales se falta completamente a la verdad, diciendo que solamente existe monte bajo formado por brezos, retamas y carqueixa, cuando en la mayoría de ellos existía una gran masa forestal de roble, abedul y en algunos acebos. Y todos estos informes, en su mayoría realizados por personal no competente por ellos. Con la salvedad de que las Administraciones correspondientes siempre se han pasado todo esto por el forro... Pero lo que ya me resulta chocante es, que dentro del mismo número de Rozadora, en la entrevista realizada al presidente del comité de empresa de MSP, Álvarez Maestro se puede observar la misma filosofía que la que tiene la empresa. La declaración de Laciana como Reserva de la Biosfera ha sido, según ambos, negativa para el valle. No me explico tal coincidencia, si no es desde la negación de cualquier futuro posible para Laciana, fuera de la minería.