Diario de León

| Reportaje | Viviendas sin ocupar |

La incómoda vida en la plaza Mayor

Más de la mitad de los pisos del centro neurálgico de la ciudad se encuentran vacíos por la antigüedad de la mayoría de los inmuebles y la falta de plazas de garaje

Publicado por
Alberto Domingo - la bañeza
León

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La plaza Mayor es, sin duda, un lugar simbólico en toda ciudad y, sin embargo, no siempre es el lugar más agradable para vivir o, al menos, eso sucede en La Bañeza, a juzgar por el número de carteles que anuncian alquiler o venta de pisos y también por las ventanas de muchos de ellos, que nos desvelan que allí no hay un alma, al menos de forma habitual. El caso es, además, que disponer de datos al respecto no es tarea fácil. En el Registro de la Propiedad aseguraron que no disponían del número de viviendas que existen en esta plaza y tampoco se consiguieron datos en el Ayuntamiento y, lo que es más, al consultar los planos de las normas subsidiarias municipales se observan quince portales en el lugar frente a los catorce que se encontraron en una inspección ocular, teniendo en cuenta que al Ayuntamiento corresponde el número uno y que la parroquia de Santa María carece de éste en las normas urbanísticas y en las cuentas de este periódico. A falta de información en organismos oficiales, mirando buzones y ventanas, resulta una cuenta de cuarenta y un viviendas de las que sólo diecisiete estarían ocupadas y no todas ellas como lugar residencia, pues varios de ellos se utilizan como oficinas. Las excepciones y las razones Sólo dos de los inmuebles están llenos en su mayoría, los número tres y cuatro, y no del todo, a juzgar por los carteles que invitan al alquiler. Profesionales del sector inmobiliario de La Bañeza apuntaban varias causas principales al escaso interés que despiertan los inmuebles de la plaza Mayor: la antigüedad de los pisos, la falta de reformas que los acondicionen a los modos de vida actual y que ninguno de los edificios cuenta con plazas de garage. Otros factores a tener en cuenta al margen de lo que son los edificios en sí mismos es el exceso de ruidos que genera el trajín diario y el de algunas fiestas -el carnaval, la patrona y la Semana Santa- en la plaza principal. La existencia de edificios protegidos, según los que se dedican al sector, desanima a sus propietarios a acometer las reformas de los edificios, ya que «resulta más barato derribar todo el edificio y levantar uno nuevo al no existir unas subvenciones para su mantenimiento. Ante la imposibilidad del derribo, se quedan vacíos». En la actualidad se reforma uno de los edificios catalogados, mientras que también se han acometido reformas en otro de ellos, pese a la posibilidad de haberlo tirado que presentaba el estar fuera del catálogo municipal. Se puede pensar que el centro neurálgico de la ciudad puede ser un buen lugar donde instalar una oficina, más teniendo en cuenta el poco interés que despiertan los pisos como viviendas. Pero de nuevo los profesionales invitan al pesimismo y anuncian que algunos de ellos, destinados al citado uso, quedarán vacío con el cambio de año. La causa, de nuevo la incomodidad: los profesionales no creen que sus clientes se encuentren cuando visitan sus negocios si de nuevo nos encontramos con el problema del aparcamiento, escaso y regulado por la ORA, lo que produce que la persona a la que atienden esté pendiente del coche. El precio de alquiler de un piso aquí se sitúa entre los 240 y los 270 euros al mes, con sólo la cocina amueblada y si se encuentra algo barato. La otra cara y lo general Pero si los pisos se encuentran vacíos, no se puede decir lo mismo de los locales comerciales, en los que las inmobiliarias tienen su negocio en la plaza Mayor. El alquiler de estos por metro cuadrado y mes se sitúa entre los seis y los ocho euros por metro cuadrado y mes. El lleno es generalizado, excepto en una galería cuyos escaparates no dan directamente a la plaza. Pese a todo, la plaza Mayor no es una excepción en La Bañeza. Hay muchos pisos en la ciudad de los llamados de temporada, que sólo se ocupan en unas fechas determinadas del año, generalmente por vacaciones, los que emigraron, o por el invierno, en el caso de quienes cambiaron el pueblo por la ciudad. Sin embargo, el mercado de compra-venta de pisos es dinámico en la ciudad, debido a que los precios son bajos en comparación con la calidad de los materiales que se utilizan en su construcción.

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