La reforma entre Prado y Cistierna tiene apenas dos años y entre Sabero y Boñar menos de uno
La Junta mantiene abandonados dos tramos del eje subcantábrico
Los alcaldes de la zona piden mejoras del firme y soluciones a los desprendimientos
Dos de los tramos del eje subcantábrico, o CL-626, que van desde Boñar a Sabero y desde Cistierna a Prado de la Guzpeña y Puente Almuhey están totalmente abandonados por parte de la Consejería de Fomento a pesar de que el primer tramo lleva abierto tan sólo un año y el segundo apenas dos años. Algunas de las deficiencias en estas carreteras fueron ligeramente subsanadas en los últimos meses, pero el firme presentan un estado lamentable para ser carreteras de nueva construcción. El tramo de Boñar a Cistierna cuenta con varios parcheos entre Llama y Sotillos y algunas pequeños desprendimientos en las inmediaciones de Sabero. Además no se ha tocado el firme del puente de esta localidad que se encuentra más bajo que el trazado de la carretera. En cuanto al tramo de Cistierna a Puente Almuhey presenta una situación aún peor dado que cuenta con más de medio centenar de baches y hundimientos del firme, a lo que hay que unir los desprendimientos en las zonas de La Llama y en la entrada a Puente Almuey. La zona que se encuentra entre el paraje conocido como La Cerámica y la planta de transferencia de Cistierna tiene varios parcheos y hundimientos del firme. Un kilómetro a las afueras de Valmartino la carretera se mantiene con corrimientos del firme en una de las curvas con mayor trazado. Idéntica situación se percibe en la entrada del pueblo de Quintana de la Peña. El puente elevado sobre la línea del ferrocarril de Feve, en el Valle de las Casa, tiene un nivel distinto al marcado por el resto del firme, tanto a la entrada como a la salida del puente. El mal estado se hace patente también a su paso por La Llama, estando los mayores hundimientos del firme en las proximidades de la rotonda de Puente Almuhey. La carretera de Boñar a Cistierna costó casi 17 millones de euros mientras que la de Cistierna a Puente Almuhey ha supuesto unos cuatro millones, a los que hay que sumar más de dos millones de euros por la variante de Prado.