La Agrupación Grajero exhuma los restos de los fusilados de Boñar

Miembros de la Agrupación Grajero y familiares de los desaparecidos en Boñar se dieron cita en el cementerio para proceder a descubrir la fosa común que se cree está en este cementerio y proceder a la exhumación de los restos que se encuentren. Según los datos con los que cuenta la Agrupación Grajero y en su mayor parte procedente de las manifestaciones de los familiares, existe una fosa común en la que se encuentran los restos de Marcelino Blanco Liébana, Antonio Marcos García, Miguel Ángel González y Pascual González Muñiz, todos de Puebla de Lillo, y Pedro Sánchez Fernández, de Sabero. Poco antes de procederse a la excavación en el lugar indicado se dieron cita tres familiares de Justo García, maestro en Cerecedo, y que según el acta de defunción fue fusilado el uno de noviembre de 1937 y enterrado en el pinar de Boñar. Se cree que Justo se encuentra también en esta fosa dado que la zona del pinar se utilizó para enterrar a los moros, mientras que las parte próxima al cementerio era para los enterramientos de los españoles. Constantino y Miguel, hijos de Justo García, y Celina Gutierrez, nuera, siguieron con mucha atención los trabajos para hallar los restos de los fusilados. Celina recuerda la persecución que vivió Justo, cuyo único sentido en la vida era dedicarse a la enseñanza, por lo que no entendió esa persecución. «Recuerdo que el cura le dijo un día a Justo: ándate con cuidado que los falangistas andan con ganas de matar». Tensión y emoción A medida que los empleados del Ayuntamiento de Boñar fueron profundizando por medio de una excavadora fueron apareciendo los primeros restos de huesos. El momento de mayor tensión y emoción se produjo cuando salió a la luz un cráneo entero y posteriormente aparecieron restos de varios cráneos distintos. En total se hallaron más de medio centenar de huesos y varios restos de objetos como cintos o calzado. Según Mario González Osorio, miembro de la «Agrupación Grajero, se dejarán guardados los restos encontrados y se procederá a organizar el homenaje a estos represaliados con la colocación de una placa en el cementerio de Boñar, con el nombres de los republicanos y de los que fueron víctimas del franquismo. Recordó Osorio que se pretende dotar de protección oficial con titularidad pública a las fosas comunes y a su entorno con una calificación de bien de interés cultural o bien de interés histórico. «Se trata de devolver el honor a las víctimas del franquismo y compensar a las familias por la pérdida definitiva de sus familiares», según Mario González Osorio.