Diario de León

Todas alcaldesas por un día

La cofradía de las Águedas de la parroquia de Santa María arrebató la vara de mando al primer teniente de alcalde con coquetas coplas y amenazas muy poco femeninas

Algunas águedas entretuvieron la espera al acto con unos bailes en la plaza

Algunas águedas entretuvieron la espera al acto con unos bailes en la plaza

Publicado por
Maite Almanza - la bañeza
León

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Las mujeres de la Cofradía de Santa Águeda de la Parroquia de Santa María lograron ayer un rotundo éxito en su demanda del bastón municipal al primer teniente de alcalde, Felipe Alba, que sustituyó al regidor, José Miguel Palazuelo, ausente de la anual guerra de sexos para recoger un premio en Barcelona. Alba, ante las amenazas de una obligada dieta a pan y agua y un austero confinamiento de doce meses, no tuvo más remedio que claudicar ante las hermosas féminas que ayer abarrotaron el salón de plenos con sus mejores galas. «Ese bastón que tiene, señor Alcalde en La Casona, no se lo dé usted a nadie, señor Alcalde, sólo a nosotras». Así comenzaba la coqueta copla que, al ritmo de la canción Cielito Lindo , prometía ser un ejemplo de ternura y delicadeza femeninas. Sin embargo, las Águedas pronto mostraron su determinación y, con advertencias de que, en caso de negativa, someterían al munícipe a cariñosa tortura, reclamaron al unísono: «¡Ay, ay, ay, ay! Queremos mandar. No será sólo este día, sino también todos los demás». Y para rematar la faena, exclamaron: «¡Ay, ay, ay, ay! No piense más. nos tiene que dar el bastón, señor Alcalde, y no se hable más». Sin duda para suavizar la situación, las decididas mujeres matizaron que la copla iba dirigida a Palazuelo y no a Alba, que la escuchaba con cara de circunstancias. Por ese motivo, las Águedas habían amenazado al regidor con arrancarle las barbas pelo por pelo. Sin embargo, las féminas no se arredraron ante la ausencia del destinatario primigenio de la copla, y, dirigiéndose al edil, le espetaron: «Le pedimos a usted, Felipe, que nos haga este favor, que se la haga llegar al señor corregidor». El teniente de alcalde comenzó su respuesta reconociendo que «la costumbre hace ley», pero pronto lanzó una tímida crítica a las Águedas al señalar que «Desde hace mucho tiempo se celebra este acto donde las mujeres toman el mando por un día. Todos sabemos, y en especial los hombres, que no es verdad; la mujer manda todo el año y este día con más motivo al hacerlo de manera oficial». El edil, que quiso evitar el dudoso honor de ser el primer alcalde que niega a las mujeres la vara, exclamó: «¡Tomad el bastón y mandad! Pero usadlo con cuidado de no abusar del mando. No os ensañéis con el varón que, aunque no lo diga, os necesita y, en muchas cosas, os envidia», aseguró, conciliador. Alba terminó su discurso entregando la vara «como símbolo de los muchos logros que con esfuerzo e inteligencia» han conseguido las mujeres hasta alcanzar todos los puestos de la sociedad que en otros tiempos les estaban vedados. El acto incluyó la imposición de la banda de Águeda de Honor 2004 a Marina Pollán, que relevó a Margarita Torres. La joven reivindicó el protagonismo de las generaciones precedentes de mujeres, que no tuvieron oportunidad de participar en la sociedad porque se dedicaron a cuidar a la familia, y reclamó el derecho de la mujer a seguir tomando parte en las decisiones, al tiempo que pidió a los hombres que recuperen los valores típicamente femeninos. Además, Esperanza de Pablos cedió su cetro y su responsabilidad como Águeda Mayor, cargo que ocupó durante los años 2002 y 2003, a Josefina Zapatero. Las damas de honor del Águeda Mayor Ángela Vega y Adela Palacios también fueron relevadas, en este caso por Ana Rosa y Susana Ríos. Tras el éxito de su misión, las Águedas de Santa María abandonaron el Ayuntamiento bañezano para dirigirse en comitiva hasta la parroquia, donde tuvo lugar una misa. Después, todas se reunieron en una comida en el Hotel Bedunia, a la que asistió más de un centenar de mujeres. Tras la irrenunciable charla de la sobremesa, la comitiva volvió al centro de la ciudad para animar a los paseantes con sus bailes. La jornada terminó en el Círculo Mercantil Bañezano, en el que la cofradía invitó a un ágape de pastas a las mujeres y los hombres de la ciudad y la comarca, demostrando un año más buen humor y generosidad para con el colectivo masculino, que no quedó exento de la fiesta.

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