El Juzgado de Villablino recibió 30 denuncias de malos tratos en el 2003

Las mujeres que sufren malos tratos o cualquier tipo de violencia de género por parte del cónyugue, no se deciden a solicitar ayuda de las instituciones y organismos correspondientes, hasta que la situación les resulta insoportable, y llevan mucho tiempo sufriendo las agresiones. Así lo afirmaron ayer las integrantes de la mesa redonda organizada en la Casa de Cultura de Villablino, con motivo de las Jornadas de la Mujer. La trabajadora social del Ceas Esperanza Rodríguez, describió el perfil de la mujer maltratada en Laciana, como una persona de 30 a 50 años, sin estudios ni preparación profesional, con hijos a su cargo, y que ha venido sufriendo maltrato de diverso tipo «desde mucho tiempo antes». El motivo que les anima a tomar esta decisión es cuando los hijos manifiestan síntomas relacionados con la situación familiar. Por eso rogó a las mujeres afectadas que no esperen al último momento y pidan ayuda cuanto antes, para evitar que aumente el drama familiar. La médico del Sacyl, Pilar Fernández, destacó que existen muchos mecanismos desde las diferentes instituciones para auxiliar a este tipo de víctimas, y apostó por buscar una fórmula para prevenir y evitar estos casos, en lugar de tener que trabajar «sobre hechos consumados». A su juicio, estos dramas podrían evitarse «equilibrando los papeles del hombre y la mujer». Por su parte, la letrada Yolanda Rodríguez, hechó mano de las estadísticas para demostrar que se trata de un grave problema social. Así, afirmó que se vienen produciendo alrededor de 1.570 denuncias por este motivo al mes en nuestro país, de las cuales un 95,7% de casos son mujeres, un 83% españolas, y en el 92% de los casos no consta asistencia letrada a la víctima. En el Juzgado de Primera Instancia de Villablino, se plantearon 14 casos en el año 2001, que se incrementaron hasta 16 al año siguiente, y se multiplicaron hasta 30 denuncias el pasado año. En lo que va de año ya hubo 5 supuestos casos de maltrato doméstico. A su juicio, una de las causas de este problema habría que buscarlo en la notable evolución que ha experimentado la sociedad en los últimos años «y el hombre actual no tiene capacidad para adaptarse a estos cambios». Según dijo, «antes la autoridad la tenía el varón pero ahora se camina hacia la permisividad, y eso tampoco es bueno, hay que buscar la conciliación».