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| Reportaje | Jornadas de la mujer |

«A veces la paisana también tiene sus propios resortes de violencia»

Pedro Trapiello cerró con una particular conferencia los actos que durante esta semana abordaron la violencia doméstica

Pedro García Trapiello durante su charla en Villablino

Publicado por
Jose Luis Vega - corresponsal | villablino
León

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El escritor y periodista de Diario de León, Pedro García Trapiello, fue el encargado de poner fin el pasado jueves, a las conferencias organizadas en Villablino con motivo de las jornadas de la mujer que organizó el Ayuntamiento lacianiego. El tema elegido fue la violencia de género, el papel de los medios de comunicación y la mujer leonesa. El conferenciante no defraudó al auditorio y afrontó el argumento de la violencia de género con valentía, aunque sin olvidar su característica ironía para intentar desmitificar «un tema peligroso, en el que no se pueden tomar posturas radicales, de buenos y malos». A su juicio el hombre que maltrata a su mujer, «no siempre es la cara perversa, con pinta de chulo, de asesino». Planteó otro posible perfil del maltratador, dibujando a un hombre desesperado en una sociedad competitiva y violenta, que quizá no logró la meta laboral que la sociedad de impuso, «o que incluso su propia familia le exige, comparándole con otro que tuvo mas suerte». Se trataría de un fracasado social, absorbido por sus frustraciones, cargado de estrés y tensión. «Y al final su frustración la acaban pagando en casa, quién mas quiere», aunque dejando claro que como síntoma de cobardía, porque según se preguntó, «¿a que a nadie se le ocurre dar un guantazo al jefe?». Trapiello afirmó que toda la sociedad tiene una importante responsabilidad en este grave fenómeno que lejos de apagarse se está acrecentando, y resaltó que vivimos en una realidad donde la violencia domina la televisión, los acontecimientos deportivos, las carreteras o los atascos de tráfico. «Al final, - señaló-, esa violencia se acaba trasladando a la familia». También planteó un paralelismo entre la gravedad de los maltratos a la mujer y la situación económica de la familia, asegurando que «cuando la gente es pobre se unta la badana, pero cuando hay dinero entonces se mata». Además habló de las múltiples variantes, afirmando que incluso peor que la violencia física «es la del silencio, cuando se castiga a la parienta con la indiferencia». Pero en su disertación, aliñada con permanentes pinceladas humorísticas, tampoco evitó la posible culpabilidad de las mujeres en algunos casos, señalando que «muchas veces la paisana también tiene sus propios resortes de violencia», especialmente psicológica, eso sí, precisando que nada es comparable al maltrato físico. Una de las claves para intentar solucionar este problema, sería que «el paisano de mano ligera y verbo chulo se reprimiría si las condiciones económicas de la mujer fueran las mismas.

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