Polémica entre los vecinos por el arreglo de la calle Conde Vallellano

El enojo está en el ánimo y la boca de numerosos vecinos de la Calle de Conde Vallellano, a juzgar por los acuerdos alcanzados con la alcaldesa Silvia García y varios de sus concejales, y sistemáticamente incumplidos y boicoteados por el concejal de urbanismo y llave de gobierno en esta legislatura José Luis Fernández Martínez de la UPL. Según los vecinos su apoyo al Partido Popular para que gobierne y el miedo de este partido a perder la alcaldía, es la causa de no atreverse a cumplir lo pactado con los vecinos de esta calle en la reunión mantenida en el ayuntamiento el pasado día 15. Los mismos vecinos denuncian otras actuaciones del mismo tipo en otros lugares del municipio de Carrizo, en las cuales solo prevalece la opinión de este concejal, lo cual les hace reafirmarse en la pregunta de, ¿quien gobierna en nuestro ayuntamiento de verdad?. «Nos parece patético que una persona utilice ciento y pocos votos que tuvo la UPL en las pasadas elecciones municipales, para manejar a su antojo a todo el ayuntamiento como si fuera el patio de su propia casa, y ya empezamos a estar todos muy hartos», comentan los vecinos indignados. La polémica surge cuando se acomete el trazado y renovación de la Calle Conde Vallellano por parte de la Diputación Provincial y el ayuntamiento de Carrizo y al lado del ambulatorio médico donde la calle se ensancha se pretende reducir el ancho de la calzada de los 17 metros actuales a 7, para el trafico, en la teoría del concejal de urbanismo según los vecinos. Los vecinos pretendían dejar 12 metros de vial, pero después de negociar con la alcaldesa esta accede a dejar 9 metros de vial para trafico rodado y el resto aparcamientos y aceras, este acuerdo es aceptado por todos, pero la sorpresa salta el pasado jueves 25 cuando operarios municipales y de la empresa en obras les comunican que la decisión es de dejar 7 metros de ancho, que es la decisión del concejal de urbanismo José Luis Fernández Martínez, lo cual provoca las protestas de los vecinos por entender que habían sido engañados. Según los vecinos implicados, «la sensación de tomadura de pelo que tenemos encima, todavía no se nos ha quitado a pesar de que sabemos de las intenciones del ayuntamiento de llegar a un acuerdo».